Presentación de «A foreign sound». Caetano Veloso (voz, guitarra). Con J. Morelenbaum (cello, dir. mus.), P. Sá, L. Galvo (guitarras), J.H. Rodrigues (contrabajo), L. Costa ( percusión), C. Gomes ( batería) y orquesta de cuerdas. (Teatro Gran Rex, 12 al 15/8.)
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Caetano Veloso es un instrumento perfecto que solamente él sabe pulsar, que conoce al detalle cada una de sus posibilidades y es capaz de explotar al máximo.
En ese doble lugar de objeto y sujeto sonoros, importa poco lo que canta o con qué formato se presenta.
Convierte en metal precioso todo lo que toca, es internacional como pocos y brasileño como ninguno. En una vida musical que no ha tenido puntos débiles, pasó con total tranquilidad de la tropicalía a la bossa nova más clásica junto a Joao Gilberto, del rock and roll a la canción tradicional latinoamericana, de los textos y las melodías eruditos a la canción pop, propia o ajena. Y se rodea de músicos según esas necesidades.
Desde hace ya tiempo, su principal compañero es el cellista y gran arreglador Jacques Morelenbaum, motor central también de estos shows. Pero así como muchas veces el respaldo está en las cuerdas -un conjunto argentino que reemplazó a la orquesta brasileña del disco-puede pasar al pequeño conjunto de cámara, un poco clásico, un poco pop, o simplemente a la guitarra.
Se mueve con movimientos plásticos o toca y canta en pose de concertista circunspecto. Pero hay otro elemento que conoce pocos paralelos en el mundo: su voz, que se adapta a cualquier género, que puede ser la más enérgica o la más dulce.
Estos recitales tuvieron como eje principal la presentación de su último disco, «A foreing sound», en el que -como hizo antes antes con «Fina estampa» dedicado a la canción latinoamericana-abordó un repertorio de temas en inglés de distintas épocas y estilos.
Fue de Nirvana a Bob Dylan, de Paul Anka a Cole Porter o Stevie Wonder, pero también abordó sus propias canciones, evocó a Carmen Miranda y volvió sobre sus piezas más densas del álbum «Livro». Y paseó por un clásico de Noel Rosa («Nao tem traduçao»), una canción de Synval Silva («Adeus batucada»), y «Brasil pandeiro» de Assis Valente.
Como siempre que viene a Buenos Aires, estas actuaciones se convirtieron en uno de los puntos más altos de la temporada musical.
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