No son muchos los diálogos históricos en los que dos próceres del cine, distendidamente, hablan de sus experiencias y métodos. De los pocos que nos han quedado hay al menos dos clásicos, ambos realizados en la década del 60. Uno de ellos fue el que sostuvieron, durante numerosas jornadas, Alfred Hitchcock con François Truffaut, y que desembocó en el libro “El cine según Hitchcock”, un “must” para cualquier estudiante o cinéfilo desde su misma publicación, y que ha tenido incontables ediciones.
Venecia recobra diálogo inédito: Dennis Hopper y Orson Welles
El Festival anunció para el 8 de septiembre el estreno de la versión integral de otro legendario encuentro dialogado del que, hasta hoy, sólo se habían visto algunos fragmentos. Es el que sostuvieron Dennis Hopper con Orson Welles poco después del estreno de la opera prima de Hopper como director, "Easy Rider".
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El otro, un poco menos conocido, ocurrió entre Fritz Lang y Jean-Luc Godard, poco después del rodaje de “El desprecio” (donde el director de “Metrópolis” fue actor en el film del pionero de la nouvelle vague). Esa extensa y apasionante conversación llevó por título “El bebé y el dinosaurio”, definición del mismo Lang durante la charla (él se llamó a sí mismo ‘dinosaurio del cine’ y ‘bebé’ a Godard). En ambos casos, los entonces jóvenes Truffaut y Godard interrogaban a sus maestros aunque también deslizaban algo de sus propias concepciones del cine.
Ahora, a tantos años de aquellas charlas, el Festival de Venecia anunció para el 8 de septiembre el estreno de la versión integral de otro legendario encuentro dialogado del que, hasta hoy, sólo se habían visto algunos fragmentos. Es el que sostuvieron Dennis Hopper con Orson Welles poco después del estreno de la opera prima de Hopper como director, “Easy Rider” (“Busco mi destino”, 1969), clásico de la generación contracultural que inauguró el llamado Nuevo Hollywood, cuyo reinado acabó con el retorno de las superproducciones pochocleras y la fauna de superhéroes.
Responsables de esta película son el productor Filip Jan Rymsza y el editor Bob Murawski, los mismos a quienes se debe la restauración y estreno del inacabado film de Welles “The Other Side of the Wind” (“El otro lado del viento”), que conocimos hace dos años. Justamente, el diálogo entre Welles y Hopper tuvo lugar en Los Angeles, en 1970, cuando el director de “Citizen Kane” convocó al rebelde cineasta para que participara en su film experimental sobre ambos Hollywood, el de los grandes estudios que se eclipsaban y ese nuevo al que Hopper representaba como una de sus jóvenes estrellas (allí también aparecían desde John Huston a Peter Bogdanovich, Susan Strasberg, Paul Mazursky, Norman Foster, Stéphane Audran, Claude Chabrol y tantos otros).
De acuerdo con lo que se anticipa, la película encuentra a ambos artistas en dos momentos contradictorios de sus carreras: Welles, que había roto con Hollywood desde hacía años, intentaba regresar como director independiente, con un fuerte mensaje antisistema. En ese momento lo aquejaban, además de las penurias personales y artísticas, los problemas legales por sus muchas deudas.
Hopper, por el contrario, venía de los márgenes, de trabajar como director de segunda unidad de Roger Corman en “The Trip”, y se encontraba de golpe, a través de “Busco mi destino”, con la fama mundial y la bienvenida del “sistema”. Todo indicaba que quien entonces buscaba su destino era el gran maestro, mientras que el motociclista hippie ya lo había encontrado.
La conversación tuvo lugar en una taberna, junto al fuego de los leños. Hopper, en un momento, le dijo a Welles que una de las cosas que más le costó hacer en “Busco mi destino” fue cortar. “La edición es un proceso doloroso”, señala en el film. “Es como tener que cortarle los brazos a un bebé recién nacido”.
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