La empresaria Amalia Lacroze de Fortabat fue sometida ayer a una delicada operación de cadera, lo que naturalmente la mantuvo ajena a las molestas internas culturales que anticipó en primicia este diario el lunes, en Charlas de Quincho, y de las que se hizo eco ayer el monopolio «Clarín»: que la Secretaría de Cultura de Torcuato Di Tella no la quiere más al frente del Fondo Nacional de las Artes. Con respecto al Museo Nacional de Bellas Artes, donde es inminente el desplazamiento de Jorge Glusberg que intenta precipitar Di Tella, no parece muy sencillo encontrar por ahora el nombre de un sucesor. Se supo que hubo un ofrecimiento a la directora y curadora de la Fundación Proa, Adriana Rosenberg, quien no aceptó. En principio, cuando se produzca el desplazamiento se haría cargo del MNBA, en forma interina, el actual titular del Museo de Arte Decorativo Alberto Bellucci, cuyo cargo caduca en julio del año próximo (cuando también hubiera terminado el período de Glusberg).
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