20 de septiembre 2001 - 00:00

Expone Noé sus obras sobre papel

Obra de Luis Felipe Noé.
Obra de Luis Felipe Noé.
(20/09/2001) Referirse a la trayectoria de Luis RFelipe Noé (1933), figura clave del arte argentino, es a esta altura una tarea casi imposible de resumir tanto por su extensión como por su intensidad. Intensidad que también se traslada a su condición de ensayista, pensador del arte, maestro y descubridor de jóvenes talentos a quienes apoya generosa y fervorosamente.

Actualmente expone «Paisajes Humanos», pinturas, en Galería Rubbers y obras en papel en el espacio que dicha galería ocupa en el Ateneo Grand Splendid. Es a esta última disciplina, dibujos en tinta, aguafuertes y litografías, no muy frecuentemente exhibida que dedicamos estas líneas. Treinta obras s/ papel que revelan su destreza dibujística, desde la línea sutil, sensible, que apenas pareciera rozar el papel, la densidad del conglomerado de las tintas, recurso extraordinario del artista para plasmar multitudes, líneas ondulantes, también nerviosas que se transforman en rostros además de los oportunos y sabios toques de color. Todos estos recursos pictóricodibujísticos en cada papel se dan simultáneamente, plantean distintas lecturas en toda la superficie, una aventura que obliga a descubrir situaciones que no aparecen en una primera aproximación.

Si bien Noé está asociado al caos, posición ideológica y estética que el artista defiende como un acto inteligente de entender lo que pasa en medio de un cúmulo de contradicciones, esta serie, aunque lo represente intrínsecamente, no es en absoluto caótica en el sentido formal. A manera de prólogo, Noé dirige una carta al contemplador que, entre otras consideraciones, dice «Si yo fuese otro me gustaría ser Usted. Pero Usted continuando mi obra para saber qué ocurre fuera de ella. No me interesa su juicio sino lo que ocurre por dentro suyo a mi obra».

Se le podría responder que su obra, en general, despierta un sentimiento solidario hacia la mayoría de los seres. Su humanismo, precisamente, echa un manto piadoso ante ciertas situaciones cotidianas y la crítica, aunque mordaz, nos lleva a pensar que no todo está perdido, aún ante los terribles hechos que irreversible-mente cambiarán nuestras vidas. Y que es valorable su resistencia con sus habituales armas, el pincel y su pensamiento para darnos testimonio de su esperanza. Pero por sobre todas las cosas, esta serie es conmovedora por su contenido.

Algunos títulos de una muestra imperdible de un artista que siempre está señalando una visión del mundo cargada de emoción y reflexión: «Dada la situación creada», «Personas entre resonancias y abstracciones», «Consorcio», «Wittgenstein: este es el caso», obra para leer con detenimiento, «Qué bueno es estar juntos», «Mamá, ¿qué pasa?», conmovedora desde el título. Santa Fe 1860, 2° piso. Clausura el 29 de setiembre.

Bengochea

Hay cambios en la obra de Miguel Angel Bengochea (1945) que de sus interiores de atmósfera tenebrosa y personajes que no escondían los estragos del paso del tiempo, ha pasado a una luminosidad llamativa. Hace dos años Bengochea salió a la calle en Nueva York con su cámara fotográfica y el resultado es la actual muestra que se exhibe en Galería Suipacha.

En obras de menor tamaño que las que acostumbraba a pintar, ha concentrado con fuerza y potencia su visión personal de un paisaje urbano en el que no hay tiempo para detenerse. Contra estos espacios se recortan unas figuras de carácter ambiguo, algunas no muestran su rostro, otras, sólo alguna parte de su cuerpo y de costado, lo que acentúa el aire de soledad y anonimato en el que están inmersas. El perro, animal muy común en las calles de las grandes urbes, tiene una presencia ominosa en esta narrativa con tintes de thriller. De los grises sombríos ha pasado a un cromatismo más alto, acorde con el ritmo vertiginoso que impone la ciudad, que también puede ser la nuestra.

Bengochea (1945), ha obtenido importantes premios como el Marcelo de Ridder (1974), Benson & Hedges (1978), Renault Argentina (1993), Salón Nacional de Artes Visuales (1998), y más recientemente el 2° Premio Banco Provincia y 1° premio Salón Municipal «Manuel Belgrano. Suipacha 1248. Clausura el 22 de setiembre.

Cada tanto la Galería Vermeer saca de su trastienda algunas joyitas.
«Otros Paisajes», 30 cuadros de artistas argentinos que pintaron in situ o los recrearon a su regreso del viaje a Europa en la que asistían al famoso taller de André Lothe en París y frecuentaban los museos para ver las maravillas del arte universal. Obras de Alice, Silva, Brughetti, Pueyrredón, Malharro, Larco, Victorica, Nava, que con algunas excepciones son de pequeño formato, realizadas por el mero placer de pintar, mucho tiempo antes de la llegada de la filosofía al arte con lo cual lo visual desapareció así como el concepto de lo bello.

Concepto de
Arthur Danto, autor del libro «Después del Fin del Arte», que cáusticamente agrega que para que exista el arte ni siquiera es necesaria la existencia de un objeto, y si bien hay objetos, pueden parecerse a cualquier cosa. Este género nostálgico se completa con obras de artistas como Alberto Delmonte, Luis F. Noé, Jorge Rivara, Miguel Ocampo que, sin desdeñar la filosofía, adhieren al placer de pintar. Suipacha 1168.

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