20 de septiembre 2001 - 00:00
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Obra de Luis Felipe Noé.
Bengochea
Hay cambios en la obra de Miguel Angel Bengochea (1945) que de sus interiores de atmósfera tenebrosa y personajes que no escondían los estragos del paso del tiempo, ha pasado a una luminosidad llamativa. Hace dos años Bengochea salió a la calle en Nueva York con su cámara fotográfica y el resultado es la actual muestra que se exhibe en Galería Suipacha.
En obras de menor tamaño que las que acostumbraba a pintar, ha concentrado con fuerza y potencia su visión personal de un paisaje urbano en el que no hay tiempo para detenerse. Contra estos espacios se recortan unas figuras de carácter ambiguo, algunas no muestran su rostro, otras, sólo alguna parte de su cuerpo y de costado, lo que acentúa el aire de soledad y anonimato en el que están inmersas. El perro, animal muy común en las calles de las grandes urbes, tiene una presencia ominosa en esta narrativa con tintes de thriller. De los grises sombríos ha pasado a un cromatismo más alto, acorde con el ritmo vertiginoso que impone la ciudad, que también puede ser la nuestra.
Bengochea (1945), ha obtenido importantes premios como el Marcelo de Ridder (1974), Benson & Hedges (1978), Renault Argentina (1993), Salón Nacional de Artes Visuales (1998), y más recientemente el 2° Premio Banco Provincia y 1° premio Salón Municipal «Manuel Belgrano. Suipacha 1248. Clausura el 22 de setiembre.
Cada tanto la Galería Vermeer saca de su trastienda algunas joyitas. «Otros Paisajes», 30 cuadros de artistas argentinos que pintaron in situ o los recrearon a su regreso del viaje a Europa en la que asistían al famoso taller de André Lothe en París y frecuentaban los museos para ver las maravillas del arte universal. Obras de Alice, Silva, Brughetti, Pueyrredón, Malharro, Larco, Victorica, Nava, que con algunas excepciones son de pequeño formato, realizadas por el mero placer de pintar, mucho tiempo antes de la llegada de la filosofía al arte con lo cual lo visual desapareció así como el concepto de lo bello.
Concepto de Arthur Danto, autor del libro «Después del Fin del Arte», que cáusticamente agrega que para que exista el arte ni siquiera es necesaria la existencia de un objeto, y si bien hay objetos, pueden parecerse a cualquier cosa. Este género nostálgico se completa con obras de artistas como Alberto Delmonte, Luis F. Noé, Jorge Rivara, Miguel Ocampo que, sin desdeñar la filosofía, adhieren al placer de pintar. Suipacha 1168.
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