8 de octubre 2001 - 00:00

Guerra en su plenitud y muy bien acompañado

Goicochea y Guerra.
Goicochea y Guerra.
Maximiliano Guerra y el Ballet del Mercosur. Dir. artística: M. Guerra. Programa: obras de Minkus-Guerra, Leca-Riveros, Roel-Guerra, Grupo Vas-Bigonzetti, Egk-Gsovski, autores varios -Mondini y tangos-Godoy. (Teatro Cervantes).

La primera presentación argentina de Maximiliano Guerra del 2001 se concretó en el Cervantes con una «Gala» a beneficio de la Asociación Amigos de ese teatro, a la que seguirán tres más en pro de distintas instituciones de nuestro medio.

En esta ocasión el programa incluyó obras sumamente conocidas y algunos estrenos. Entre estas últimas figura «Arms» un magnífico solo diseñado para Guerra por el italiano Mauro Bigonzetti sobre música del Grupo Vas. Con el torso desnudo, descalzo y con una amplia falda roja, el bailarín despliega su danza de plenitud física y energética, apoyado por una música compulsiva. La excelencia técnica del bailarín se unió aquí a una intensa actitud dramática.

Lo mismo sucedió con el lenguaje expresionista del dúo del Oratorio de «Don Juan de Zarissa», de Tatiana Gsovski, que Guerra bailó junto a otra artista argentina de mérito: Marcela Goicochea. Juntos habían abierto el programa con fragmentos de «La Bayadera», según trazados de Petipa y coreografiados por el mismo Guerra y volvieron a hacerlo cerrando la «Gala» con «Tangos mirando al Sur», un ballet de Mora Godoy sobre composiciones tangueras de Filiberto, Arolas, Piazzolla, Troilo y Mores entre otros.

La pareja de primeros bailarines centralizó la atención con su virtuosismo, por momentos ligado a la acrobacia, en la exposición de un «patio de tango» que además del tango mezclado con la danza clásica tiene una propuesta argumental muy leve, de enfrentamientos amorosos. En esta obra, Maximiliano Guerra fue acompañado también por el Ballet del Mercosur, grupo que dirige.

La compañía sobresale en primer término por su juventud. A ello agrega homogeneidad y baile de disciplina técnica. Algunas de las creaciones presentadas en esta «Gala» fueron dedicadas exclusivamente a este Ballet entre ellas
«By Pass» con partitura del compositor argentino Enrique Roel y coreografía del mismo Guerra.

Como la propuesta es un homenaje al doctor René Favaloro, los latidos del corazón son los dictan el movimiento de atractivo diseño y presencia estética. Quizás excesivamente largo, «By Pass» elabora su discurso defendiendo la vida y esta actitud simbólica es lo que la hace valiosa.

No sucedió lo mismo con
«Bailantas» un ballet de Ana María Mondini, que conocimos hace unos años interpretado por el Ballet Cisne Negro de Brasil y que si bien los integrantes del Ballet del Mercosur interpretaron con esmero, a la totalidad le faltó la magia e interpretaciones solísticas relevantes para hacer de esta sutil mirada a la cultura gaúcha, la obra fascinante que supo ser.

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