Con Javier Vergara, que murió en Buenos Aires el viernes a los 73 años, desaparece el último de los grandes editores que supo expandir desde la Argentina su sello (Javier Vergara Editor) a toda iberoamérica. Su editorial (hasta su venta en 1997 a Ediciones B, del español Grupo Zeta) tuvo sucursales en Chile, México, España, Colombia y Uruguay, convirtiéndose en una de las principales de lengua castellana. Javier Vergara había nacido en Santiago de Chile en 1930. Se graduó en leyes en Chile, y fue abogado del Banco Central de ese país. Diplomático, llegó a la Argentina en 1968 como ministro consejero económico de la embajada chilena, tras participar de la discusión del Pacto Andino. En 1972 se desvinculó de la diplomacia, y abrió en Barcelona la editorial Pomaire. En 1975 se radica definitivamente en la Argentina, estableciendo, con su mujer, Gabriela Cruz, la Editorial Vergara, participando activamente en la Cámara Argentina del Libro.
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La ópera, la música, el teatro, la literatura fueron sus grandes pasiones. A los 20 años estudió teatro en París. Luego fue actor y productor teatral en Chile, y uno de los fundadores del ICTUS, el famoso teatro universitario de ese país.
La industria editorial lo convocó de forma casual, cuando unos amigos le pidieron que salvara la editorial Del Nuevo Extremo, y él lo hizo asociándose. Lo que comenzó siendo un hobby, una actividad paralela a su profesión, se transformó en aquella donde se desplegaría como empresario.
• Premiado melómano
Javier Vergara fundó sellos que difundieron escritores que se volvieron bestsellers. Publicó por primera vez en español a Morris West («El abogado del diablo»), a Stephen King («Carrie»), a Richard Bach («Juan Salvador Gaviota») y a Oriana Falacci («Un hombre), entre muchos otros. Su proyecto fue una editorial de divulgación, con obras de diversos géneros que interesaran a un sector amplio de lectores: biografías (que en la actualidad, recuperadas por Ediciones B, siguen teniendo éxito de venta), autobiografías (algunas despertaron polémica, como la de Libertad Lamarque o «El pecado original» de Anthony Quinn), obras de ficción (en toda su gama, de la novela de suspenso a la romántica), de economía (por caso, Lester Thurow), de historia (como las de Paul Johnson) y de autoayuda (con sucesos como «La inteligencia emocional»).
Gran melómano publicó una colección de biografías de músicos y libretos de ópera que mereció durante tres años consecutivos el premio de los críticos musicales argentinos.
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