Nacha Guevara como Eva Duarte: tras 22 años, volvió
y fue millones de elogios. Una puesta deslumbrante.
«Eva». Libro, puesta en escena y Dir. gral.: N. Guevara. Textos y letras: P. Orgambide. Música y Dir. musical: A. Favero. Int.: N. Guevara, R. Valss, J.C. Puppo, C. Durán. (En Teatro Argentino, La Plata, hasta el sábado 26).
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El reestreno, 22 años después y con una puesta renovada de «Eva», el musical que escribieron Nacha Guevara, Pedro Orgambide y Alberto Favero, da lugar a lecturas políticas y estéticas. La figura de Evita parece no permitir cuestionamientos y, hasta los que aún los más fanáticos reconocen como sus «defectos», encuentran una justificación que excede al resto de los íconos históricos nacionales. Esta nueva producción se reestrenó en el teatro Argentino de La Plata, con toda la apoyatura del gobernador Daniel Scioli, que asistió al estreno con la Presidente Cristina de Kirchner.
La «Eva» de Favero/ Guevara/Orgambide fue escrita a poco tiempo de recuperada la democracia, estrenada en 1986, y pensada como una suerte de respuesta a la anglosajona «Evita» que, aunque con una música maravillosa de Andrew Lloyd Webber, tenía un texto disparatado de Tim Rice. La «Evita» estrenada en Londres, que recorrió escenarios de todo el mundo y que terminó convertida en película con Madonna protagonista y con Carlos Menem autorizando el uso de instalaciones presidenciales para su filmación, tuvo en los escenarios mejor suerte comercial que su respuesta argentina.
De hecho, «Eva» tuvo una puesta relativamente austera en 1986 y debió esperar 22 años para ver nuevamente la luz. Este musical se sostiene en la presencia de sus creadores en los lugares centrales de la interpretación es difícil imaginar una puesta sin Nacha Guevara en el protagónico y sin Favero en el podio que en su propio contenido. La obra muestra fragmentos de la vida de la mujer que llegó a Buenos Aires desde Junín y se fue transformando en muy poco tiempo en la referente política de los descamisados, en el mito que hoy forma parte de los argentinos.
Parece justo que la provincia de Buenos Aires auspiciara el reestreno con una producción más generosa que aquella de 1986, aunque ya se han escuchado voces críticas al respecto. Esta pieza merecía, sin dudas, esta segunda oportunidad con un despliegue mayor. Y en este sentido, ni la protagonista y directora general, ni el responsable de arreglos y dirección musical, ni el resto del equipo, han defraudado.
Porque esta puesta que se está viendo en La Plata y que tendrá en poco tiempo su versión porteña en el teatro Lola Membrives, es absolutamente deslumbrante. Nacha es la voz irremplazable y la protagonista indiscutible,aunque sus sesenta y tantos años estén lejos de los juveniles del personaje que representa. Favero es el director que necesita también esta nueva orquestación.
Y el resto del elenco, bailarines, cantantes, actores, los músicos, los solistas Juan Carlos Puppo, Rodolfo Valss y Cristina Durán, completan un cuadro artístico sin fisuras. Es muy bueno también el trabajo de escena y luces -responsabilidades compartidas por Nacha con su hijo el iluminador Ariel Del Mastro, con el coreógrafo Gustavo Wons, con el escenógrafo Alberto Negrín y con el realizador fílmico Maxi Vecco-, que combina movimiento de objetos sobre el escenario con imágenes proyectadas en diferentes planos.
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