Con la comediante Mariola Fuentes, Antonio Pérez Dechent, y María Botto, comenzó ayer en el Village Recoleta el 4° Festival de cine hispano-franco-italiano, donde se destacan «La habitación del hijo», de Nanni Moretti (ganadora del último Cannes), «Silencio roto», «El espinazo del diablo», «Hogar, dulce hogar», y «La comedia de la inocencia», cuyo director, el prestigioso y prolífico Raoul Ruiz, llegará el próximo martes. Algunos artistas, en virtud del nuevo escenario mundial después de los atentados, prefirieron no volar.
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También se anuncia para estos días la llegada de Luigi LoCascio («Los cien pasos») y los hermanos Andrea y Antonio Frazzi («Cuando el cielo cae»), puntales del cine italiano. Otras figuras que habían prometido su asistencia, se vieron desalentadas por la guerra. De todos modos, la muestra sigue siendo abundante (quince películas, incluyendo la versión restaurada del clásico de los '70 «Sacco y Vanzetti»), y mantiene su esquema itinerante (de aquí irá a Rosario, Neuquen, Montevideo, Mar del Plata, Asunción, y Santiago de Chile), y sus habituales sorteos entre el público (este año, por dos pasajes a Madrid), aunque, eso sí, ahora cambió de nombre: «Lo de 'El Cine del Tercer Milenio' es algo gastado, en cambio la sigla EFI, por España, Francia, e Inglaterra, es más agradable», explicó su organizador, Carlos Morelli.
Durante la presentación previa, en el Actors Studio de Dora Baret, interesaron las declaraciones de Pilar Torre, subdirectora de promoción del cine español («este año, 'Nueve reinas' es una de las cinco películas más vistas en España, y no por una gran campaña publicitaria como los americanos, sino por el boca a boca de los propios espectadores») y el delegado de Unitalia, Franco Francini («viene bien esta muestra, porque justo en este momento en la Organización Mundial de Comercio se están renegociando los subsidios a los cines nacionales, algo a lo que Hollywood se opone»).
También interesó el relato de Pérez Dechent (el malo de «Solas»), sobre la película donde actúa, «Vengo (Gitano, quiero ser libre)». Contaba el actor: «Me llamó el director Tony Gatlif, un gitano francés que yo desconocía, y me dijo 'no tengo guión, no sé cómo es tu personaje, quiero que hagas un acto de fe, ponte en mis manos'. 'En tus manos, cualquier día', le dije, y me fui. Entonces su asistente me mandó un video de su anterior película, 'Gadjo Dilo, el gitano loco', la vi, y bueno, 'cuando quieras, como quieras, y donde quieras'. Profesionales, éramos dos. La mitad de los participantes, ni siquiera sabían cuándo el director les decía 'acción', porque ellos simplemente estaban haciendo lo suyo. Miren: a la persona que se eche pa'trás en los primeros diez minutos, cuando Tomatito y Sheikh Ahmad Al Tuni se juntan a hacer música, que no vea el resto. Porque si 'Solas' era una película de sentimientos, ésta es de sentidos, de dejarse llevar, o nada. Académica, no es».
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