16 de enero 2007 - 00:00
Londres recuerda al polifacético Blake
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Entre ellos se destacan «Canciones de inocencia» (1789) y «Canciones de experiencia» (1794), así como «Milton: un poema», en el que rinde homenaje al escritor del siglo XVII John Milton, cuya épica «Paraíso Perdido» desafió la tradición judeocristiana al narrar la caída de Adán y Eva como una historia de redención, desde una perspectiva protestante y pagana con Satán de protagonista.
Además de ediciones originales de algunas de estas obras, la exposición exhibe algunos de los volúmenesque Blake ilustró para otros autores, como «Historias originales de la vida real» (1796), de la pionera feminista Mary Wollstonecraft.
A través de su mecenas, Josep Johnson, en torno a 1780 el artista entró en contacto con los círculos radicales de Londres y se sintió especialmente inspirado por el trabajo del intelectual revolucionario Tom Paine, que escribió «Los derechos del hombre» (1791) y apoyó las revoluciones francesa y estadounidense.
Al verse perseguido por sus ideales libertarios, Blake optó por plasmar sus deseos de cambio en sus obras y, según algunos autores, el misterioso poema de «El Tigre» encapsula la furia y el miedo desatados por la inhumanidad de la revolución industrial.
«Responder a la injusticia del mundo a través de mis canciones es algo que aprendí muy pronto de Blake. Es algo que le debo», confesó la poeta y cantautora estadounidense Patti Smith en una conferencia pronunciada en Londres el pasado noviembre.
Su canción «My Blakean year», incluida en su último álbum y cuyo bosquejo manuscrito puede verse en la exposición, está dedicada al artista, que también inspira la próxima novela de Tracy Chevalier, «Burning bright», que se publicará en marzo.
Otro autor que confiesa haber «robado» ideas de Blake es el inglés Philip Pullman, quien se inspiró en el evocador poema «Niña perdida» para crear a Lyra, la protagonista de «El catalejo lacado»'.
La influencia del granl artista también llega a la música clásica, como se aprecia en las composiciones de Benjamin Britten, cuya partitura original para la «Sinfonía de primavera» puede verse en la muestra.
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