Hay que reconocer que Los Fabulosos Cadillacs nunca se han dormido en los laureles. Ya están muy lejanos aquellos tiempos en que eran una banda de jóvenes divertidos que sólo querían hacer bailar y se acomodaban sin problemas a los géneros de moda. Hoy ya ni siquiera están todos los integrantes originales, y en los conciertos que están presentando en un teatro, ante un público mucho menor al que están acostumbrados, es una muestra más de esa búsqueda permanente.
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«Loco miedo loco» es un recital atípico para lo que es habitual en los Cadillacs. El repertorio -impreso en el programa de mano como si se tratara de un concierto clásico, lo mismo que los smokings que lucen los integrantes de la banda-incluye varios hits: «Carnaval toda la vida», «Gallo rojo», «Vos sabés», «Demasiada presión», «La vida», «Vasos vacíos», «Saco azul», etc.
Pero hay muchos temas del excelente disco «Fabulosos Calavera», también raro en el contexto de su discografía, y algunas piezas que desconcertaron a su público. Entre ellos, una versión candombeada de «Sus ojos se cerraron», otra de «Sucio y desprolijo» de Pappo (que se fue en la mitad del recital, quizá superado por tanto pop), y un par de zambas cantadas no muy felizmente por el bajista Flavio Cianciarullo: «Zambita de los sueños» y «Grito santiague-ño», de Raúl Carnota.
El mayor problema estuvo en el sonido, que no siempre dejó escuchar con claridad la enorme variedad tímbrica: una base de banda pop más tres percusionistas, un trompetista, un saxofonista, un tecladista y una orquesta de cuerdas en muchos temas; y, sobre todo, la voz de Vicentico. Pero igual se notó el espíritu osado, con virajes hacia el jazz o la música clásica, quiebre de los ritmos y los «tempi» registrados en los discos, nuevos arreglos y sin aprovecharse de aquel lejano éxito de «Matador», que -otra osadía-faltó a la cita.
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