12 de octubre 2001 - 00:00

Nobel literario a Naipaul, un musulmán no creyente

V.S. Naipaul
V.S. Naipaul
La Academia Sueca le otorgó ayer el Premio Nobel de Literatura a V. S. Naipaul, un escritor de ascendencia musulmana y no creyente, al punto tal de que en muchos de sus escritos condenó los excesos y atrocidades que sufre la civilización por causa de los fanatismos religiosos.

Si bien el nombre de Naipaul figuraba desde hace varios años entre los favoritos permanentes al Nobel, es imposible no realizar hoy una lectura política del premio. Naipaul es antillano, nacionalizado británico, y su familia hindú ya estaba establecida en la isla de Trinidad a su nacimiento.

Como el «Nowhere Man» de los Beatles, Naipaul se considera a sí mismo un hombre sin raíces: le molesta la pobreza cultural de Trinidad, se siente extranjero en la India hostil, y en Gran Bretaña no consigue relacionarse o identificarse con los valores tradicionales heredados de la época colonial, sobre los que tanto ha escrito.

Sus declaraciones políticas son firmes y, aunque su caso no sea tan desafiante como el de Salman Rushdie, la Academia no ha dejado de opinar sobre el conflicto mundial a través de su premiación, aunque no lo haya explicitado en los considerandos: «haber mezclado narración perceptiva y observación incorruptible en obras que nos obligan a ver la presencia de las historias escondidas», dice el habitualmente retórico parte de los académicos de Estocolmo, junto al cheque por un millón de dólares.

Vidiadhar Surajprasad Naipaul
, conocido literariamente como V.S. Naipaul y, luego de ser investido caballero por la corona británica, como Sir Vidia, es también uno de los principales renovadores de la «literatura de viajes», un género considerado menor, aunque cultiva quizás con más fruición el arte de la «boutade». De la Argentina, por caso, se ocupó bastante (es autor de un libro publicado hace 30 años, «El regreso de Eva Perón»), en donde escribió que « con todos los recursos que tiene el país, su fracaso como nación es uno de los grandes enigmas del siglo XX». Mucho más oscuro aun es el párrafo donde dice que los argentinos tienen una fuerte tendencia a la «sodomía». Nunca aclaró el por qué.

Naipaul
era desde hace más de una década un eterno candidato al Nobel, pero su nombre se había ido dejando de lado por sus opiniones públicas, de capilla literaria o no tanto. Entre sus blancos se contaron varios escritores célebres: James Joyce, a quien ve como un autor confuso y menor; E.M. Forster, a quien le reprocha haber viajado al India no para escribir sobre el país sino para conquistar muchachitos; Jorge Luis Borges, de quien dijoe que era un falso inglés que «ensalza el pasado con falsedades y debería reconocer que su historia es escuálida». También suele cortar cualquier charla sobre literatura en castellano «porque es pésima». Sostiene permanentemente que «los buenos escritores hoy pueden contarse con los dedos de la mano».

Sus críticas no son sólo a la literatura y los escritores; también Tony Blair, entre otros gobernantes, ha sido objeto de ellas, a quien acusó de poner en peligro, con sus políticas, la gran tradición cultural británica.

Frecunete viajero,
Naipaul visitó varias veces la Argentina, donde más de una vez dialogó con Borges. A nuestro país también le reprochó, a fines de los '60, ser «una sociedad colonial y materialista, signada por el cinismo y la esterilidad, con un culto del machismo que se expresa en el sexo, el deporte y hasta la forma de vestir masculina». A comienzos de los años '70 dijo que la Argentina era «la sociedad de la crueldad», que no había sabido escapar del populismo y la marca de Perón. El rencor de Naipaul creció con la Guerra de Mal vinas. Sus brulotes generaron pocas pero duras criticas.

Naipaul
es un conservador que hizo de fustigar las falacias y fraudes del tercermundismo («una definición fácil y mentirosa») una de sus banderas, al punto de ser comparado actualmente a Mario Vargas Llosa. Para Naipaul el Tercer Mundo es una forma de enfermedad que se extiende por la Tierra y que busca diagnosticar.

Tanto su obra novelística como ensayística trata de exponer las ruinas humanas y sociales del mundo poscolonial, el narcicismo, la egolatría y las constantes ilusiones políticas que son tomadas por utopías.

Entre sus obras se cuentan
«Entre los creyentes: un viaje por las tierras de Islam» y «Más allá de la creencia», libros de viajes por Irán y Pakistán donde fustiga el funda mentalismo y sostiene que «las revoluciones islámicas no sirvieron y que cometen atropellos en nombre de la libertad. Es un régimen que hasta somete a los espíritus conservadores».

El nuevo Nobel fue impulsado por otro ganador del premio, el norteamericano
Saul Bellow. Algunos comentaristas británicos lo consideran el mayor escritor vivo en ese idioma y uno de los representantes del «fuera del imperio», denominación que reúne a narradores como Kazuo Ishiguro y Salman Rashdie. El cubano radicado en Inglaterra Guillermo Cabrera Infante comparte esa opinión: «Me alegra mucho el premio y me ha sorprendido, porque a Naipaul le han negado la sal y el agua por todas partes por decir las verdades», dijo Cabrera Infante al explicar que el escritor «ha hablado pestes de la India y de Trinidad. Nadie es profeta en su tierra. En este caso, la Academia sueca ha acertado por fin».

En su última novela, considerada su obra maestra,
«El enigma de la llegada», describe la realidad británica al modo de un antropólogo, como si investigara una tribu que vive en lo más profundo de la selva.

Naipaul
nació en 1932 en Chaguanas, cerca de Puerto España, en Trinidad, en una familia descendiente de inmigrantes procedentes de la India. Su padre fue periodista y escritor. A los 18 años se trasladó a Londres donde estudió en Universidad de Oxford y se licenció en arte en 1953. Desde entonces vive en Inglaterra, aunque ha pasado largas etapas de su vida viajando por Asia, Africa y América.

A los 20 años trabajó como corresponsal para la
BBC de Londres, pero más tarde decidió dedicarse por entero a la escritura. A su discípulo y ex amigo Paul Theroux , el autor de «La costa mosquito», le dijo que para ser escritor «hay que tener un total sentido de esa misión y abrirse un camino en el mundo» y le preguntó: «¿Está seguro que quiere eso? ¿Esta convencido de que quiere tener una vida terrible?».

Entre las obras de
Naipaul están las novelas «El curandero místico», «The Suffrage of Elvira», «Miguel Street», «Una casa para Mr. Biswas», «En un estado libre», «Los simuladores», «Guerrillas», los libros de cuentos «A Flag on the Island» y «The last of El Dorado», y entre los ensayos «Among the Believers». Muchas de esas obras, con las que ha conquistado los mas importante premios internacionales, se han traducido al castellano, y algunas de ellas, hasta ahora, podían encontrarse en librerías de saldos.

Dejá tu comentario

Te puede interesar