Roma (EFE) - La ópera de Roma inauguró su nueva temporada con una versión de «Salomé», de Richard Strauss, que fue acogida con división de opiniones, entre otras cosas por ciertos «gestos vulgares» de su protagonista, la soprano Francesca Patanè, que está varios minutos desnuda sobre el escenario.
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Patanè, que cosechó el aplauso del público por su interpretación, cantó la obra en alemán, lo que la convirtió en la primera italiana que canta esta ópera en ese idioma en Italia.
Este aspecto, más que el desnudo, ha supuesto un hito que llevó al crítico del diario «Il Messaggero», Alfredo Gasponi, a afirmar que «algo ha cambiado en la lírica de Italia», ya que «las sopranos y los tenores italianos están descubriendo que para ser competitivos deben dominar otros idiomas».
El mismo crítico aplaudió que Patanè se hubiera impuesto a la orquesta, que en ocasiones tuvo una fuerza musical que se sobrepuso a las voces de algunos de los intérpretes.
El tenor alemán Reiner Goldberg, en el papel de Herodes, también recibió una buena crítica.
La soprano estuvo desnuda en escena durante los once minutos que duró la «Danza de los siete velos», pero no fue la única que salió así a escenario, ya que en el prólogo en prosa, Salomé fue interpretada por la actriz Maruska Albertazzi, que además enseñó su cuerpo completamente depilado. Los desnudos no han parecido mal a nadie, pero sí los movimientos de Salomé (Patanè) ante la celda en la que está encarcelado Juan el Bautista, calificados como «vulgares» por muchos de los asistentes.
Al final del estreno, Patanè cosechó el aplauso del público, mientras el director de la ópera, Giorgi Albertazzi, tuvo que escuchar «no pocos silbidos», según subrayó el diario « Corriere della Sera».
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