"POLLITOS EN FUGA"
Espectáculos
En el mundo de «Pollitos en fuga», el gallinero funciona como campo de concentración, las gallinas son los POW (prisioneros de guerra), la señora Tweedy es la típica y siniestra «Lagerkommandant» -en la versión en inglés, la voz que le da Miranda Richardson es estupenda-, y su marido, el señor Tweedy, el timorato dominado al que le toca la guardia nocturna, con perros de policía y focos encandilantes.
Otros personajes, tan bien definidos como éstos, son las ratas que negocian mercaderías y el viejo gallo prisionero, un orgulloso veterano de la Royal Air Force. Y finalmente, los protagonistas: la valerosa Ginger y el «pícaro» de la película, el advenedizo gallo norteamericano Rookie (voz de Mel Gibson), astro de un circo itinerante, que cae accidentalmente en el campo y que promete a las gallinas liberarlas de allí enseñándoles a volar. El único que desconfía del «yanqui», naturalmente, será el viejo piloto inglés, siempre reacio a ese ejército de plebeyos.
Pero el cine clásico no es el único con el que dialoga el guión: el público también reconocerá, en la vertiginosa secuencia de la tentativa de escape de Ginger y Rookie en el interior de la máquina de «chicken pie» (a la que hay que anotar, por otra parte, entre los momentos más logrados del film), otra cita a un cine más reciente, el de las aventuras de Indiana Jones.
Gracias a Spielberg, que se ocupó de llevar a la distribución mundial este largo de los creadores de «Wallace y Gromit», al fin el cine de animación no dibujada (que tiene tan pocos exponentes en la pantalla grande, más allá de «Toy Story») pudo salir a la luz. Es un buen antecedente para que esto continúe.
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