22 de octubre 2003 - 00:00

"Popular y clásico, para mí, es lo mismo"

Popular y clásico, para mí, es lo mismo
Guillo Espel es uno de esos músicos difíciles de encasillar. Sin proponérselo, se convirtió en un «crossover» y se lo puede encontrar por igual dirigiendo su trío La Posta de música popular como presentando una obra para orquesta sinfónica o conduciendo un grupo de cámara contemporáneo. «Para mí el papel sigue siendo el soporte más noble del pensamiento musical; mi letra, como músico, es la partitura. Y para mí no es distinto trabajar en una música que podría identificarse como popular que en otra que podría encasillarse en el repertorio clásico. Siempre pienso el material desde la forma y todo lo construyo desde ahí». Estos días, Espel hizo escuchar su «Variación sobre un tema de Waldo de los Ríos» por la Banda Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires con Marcos Cabezaz como solista en marimba, en la Facultad de Derecho; y su «Quijote en la Puna» para violín y marimba en la AMIA. Mientras, su «Zamba para escuchar en silencio» se escuchará en el Festival de Percusión de París, el 25 de octubre; una serie de piezas suyas para marimba, otra vez por Cabezaz (Festival de Percusión de Morón, 30 de octubre) y su Cuarteto de música contemporánea (Centro Cultural del Sur, 25/10, y La Biblioteca Café, 2/11).

Periodista:
¿Se siente cómodo por igual en todos estos terrenos?

Guillo Espel: Sí, porque -y quizá tenga que ver con los años que estudié con Manolo Juárez, un músico que también trabaja en diferentes terrenos-para mí los sonidos son herramientas, materiales que me interesa investigar. En todo caso, la única diferencia tiene que ver con la orquestación; porque en la música popular se utiliza amplificación y, entonces, los balances entre los instrumentos tienen otro tratamiento.


P.:
¿Y qué lo lleva a elegir uno u otro camino?

G.E.: Una vez que decido sobre qué quiero trabajar elijo el instrumento que me parece más adecuado. Mi punto de partida, siempre, es la música de cámara, la concepción formal de la música académica. No soy de los músicos que buscan «climas». Pero insisto; yo no vivo lo popular y lo clásico como terrenos separados.


P.:
¿Tampoco cambia si es usted intérprete o no de su música?

G.E.: Ahí sí hay cambios porque, cuando compongo algo, por ejemplo para una orquesta o una banda, me entrego a la capacidad interpretativa del director y de los solistas. Generalmente soy prolijo para trabajar y entrego las obras con anticipación; y después no hago cambios. Cuando puedo, voy a los ensayos, por supuesto, pero no me meto mucho en la tarea de los directores. En ese sentido, sólo me siento una parte más del mensaje musical.


P.:
¿Por qué no dirige sus obras orquestales?

G.E.: Porque no me siento capacitado para eso. En cambio, me da mucho gusto componer para que lo dirijan otros. Me gusta ese lugar de expectador activo que me cabe cuando escucho una obra mía interpretada por otro.

Entrevista de Ricardo Salton

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