5 de agosto 2020 - 00:01

Series sobre comidas: un clásico de la cuarentena

Continuación de la iniciada en Asia, los nuevos capítulos van de Buenos Aires a Lima.

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Se estrenó la semana pasada en Netflix la serie de documentales gastronómicos “Street food. Latinoamérica”, que combina sabores, historias en torno a lo culinario como forma de vida y bellísimas postales de las ciudades que recorre, en este caso, Buenos Aires, Bahía, Oaxaca, Lima, Bogotá y La Paz. Esta serie de producción norteamericana es la continuación de la edición realizada en ciudades asiáticas vista el año pasado y confirma la obsesión por lo “exótico”, lo que para estas latitudes es la normalidad. Y a propósito de nueva normalidad, en tiempos de pandemia en modo de distancia y aislamiento, impresiona ver una cancha de Racing desbordada de hinchas o el mercado de Mataderos con abundante turismo local y extranjero. O más bien entristece. La gente amontonada frente a un mostrador del puesto más famoso del Mercado Central espera su plato, y todos sin barbijo, por supuesto.

Para eludir el lugar común del programa que combina turismo y gastronomía al estilo Anthony Bourdain, Chef’s table o tantos otros, esta serie documental redobla la apuesta y busca conmover a partir de las historias de vida de los puestistas callejeros. Se muestran cuatro por capítulo pero se focaliza en uno ellos, casi siempre devenidos celebridades.

El episodio de Buenos Aires se centra en “Las chicas de la 3”, un local en el Mercado Central que ofrece la única tortilla de papas rellena con jamón y queso recomendada por los chefs más distinguidos y que pasó a ser atracción turística, además de dar de comer a la legión de personas que frecuenta el lugar cada día. También se conoce a un puestero que vende choripán a la salida de Racing, quien se reinventó tras su despido laboral en 2001, con el sueño de tener algún día un restaurant propio; se muestra una pizzería de las tantas que ofrecen fugazzetta rellena (invento argentino remarcan) y su maestro pizzero, con 30 años de antigüedad en el local y la convicción de que mientras tenga fuerzas se seguirá levantando a las 5 de la mañana para preparar lo que además es su plato favorito, la pizza. Y finalmente se presenta a un tucumano que elabora empanadas en el Mercado de Mataderos con la infaltable pareja de tango como telón de fondo.

Las historias más conmovedoras llegan con la bahiana Suzana, que pasó de ser lavandera a preparar la que se recomienda en guías gastronómicas como la mejor moqueca de pescado de Brasil. Da de comer a quien se acerque a su humilde casa a orillas del mar, con la sola ayuda de su marido, quien trae en bote la pesca del día, como hizo toda su vida. En otro apartado se conoce a la oaxaqueña y temperamental “Donia Vale”, quien cocina memela en el mercado central luego de haber perdido todo varias veces. La factura técnica es impecable y la musicalización acorde a cada ciudad.

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