15 de septiembre 2020 - 00:00

Tallarita: "Es rara la sensación de tocar en un estadio vacío"

Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado darán el día 26 un concierto en streaming.

Miguel Tallarita. “No podemos decir dónde tocaremos para que no se nos aparezcan en vivo los ricoteros”.

Miguel Tallarita. “No podemos decir dónde tocaremos para que no se nos aparezcan en vivo los ricoteros”.

Los shows vía streaming, producto de la pandemia por coronavirus, tendrán un punto de inflexión en la Argentina este 26 de septiembre cuando una banda que tocó ante 300 mil personas ofrezca su primer concierto sin público. Se trata de la banda del Indio Solari, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, que debutará tocando vía streaming.

“Yo ya hice dos o tres conciertos por streaming en las últimas semanas”, dice Miguel Ángel Tallarita, el virtuoso trompetista miembro de la banda del Indio, “pero el show de Los Fundamentalistas tiene caracteristicas especiales, empezando por el hecho de que no podemos decir desde dónde vamos a tocar. Y eso es porque el público ricotero vendría personalmente al lugar, recordemos que es una audiencia que no concibe la noción del “Sold Out”.

Tallarita, que tiene una nominación a los premios Gardel en el rubro Disco Instrumental (cuya entrega será este viernes), ha tocado con Armando Manzanero, Palito Ortega, Mercedes Sosa, y actualmente colabora con la Berisso y Kevin Johansen. Pero, sobre todo, es un miembro histórico de la banda del Indio desde 2009. “Estoy hablando justo antes de que inicie el ensayo”, dice a este diario. “Este año íbamos a hacer una gira por todo el país, con el Indio como holograma. Dimos dos conciertos, nos vieron unas 30 mil personas, y entonces vino la pandemia y todo se detuvo, hasta ahora. Vamos a tocar unos 40 temas, y estamos preparando cosas especiales y sorpresas porque para nosotros es una nueva experiencia tocar sin público presencial, con gente a la que podés mirar a los ojos y ver cómo es parte de esa experiencia masiva, que con el Indio rompió los records Guinnes”.

Integrado por músicos tan talentosos y profesionales como el tecladista Pablo Sbaraglia, las cantantes Deborah Dixon y Luciana Palacios, y los guitarristas Gaspar Benegas y Baltasar Comoto, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado son artistas experimentados que ahora se adentran en un nuevo y misterioso mundo, el streaming. “Hay muchas cosas técnicas que nos interesa preparar muy bien, porque para dar un gran show de rock como es la experiencia “del pogo más grande del mundo”, aun en una versión virtual, hay que controlar el sistema de sonido, lo que escuchamos nosotros en el escenario y también lo que no sabemos cómo va a sonar, que son los parlantes de la PC en la casa de un espectador. Estamos trabajando hace rato para saber que vamos mantener la experiencia de esa fiesta que compartimos con el público en cada show a lo largo de mas de 10 años”.

“La gente sabe que el Indio Solari siempre está con nosotros de una manera u otra, la última vez fue un holograma”, dice el trompetista que también confiesa las extrañas sensaciones que experimentó en sus primeros streamings en las últimas semanas. “Mi debut con el streaming fue hace poco en un show de Kevin Johansen, era una sorpresa detrás de otra, ya que era muy raro y también divertido que la mecánica del show esté interactuando con gente de todo el mundo en medio de tema y tema. De golpe estábamos bombardeados de gente de los cinco continentes que participaban de la performance. Fue impresionante el show en el que toqué con la Berisso en el Luna Park, el sábado pasado. La banda sonaba muy bien, pero cuando terminaba una canción el peso del Luna Park vacío daba una sensación extraña, igual que el clima distinto a la salida, después de un concierto, con todos los fans y el ruido alrededor. Salir del Luna Park en una ciudad desierta es muy raro”.

La pandemia también impidió que Tallarita pudiera presentar en vivo “Cazador nocturno”, su último álbum solista, un viaje orquestal de sonido vintage nominado al premio Carlos Gardel.

“Compito con gigantes como Gustavo Santoalalla”, dice Tallarita, y luego explica cómo concibió el disco: “Pensé en lograr música que contara algún tipo de historia sugerida por las orquestaciones, como en una película con música de Morricone, pero también con toques bien nuestros como esas melodías que podían a acompañar a Rolo Puente vestido con un saco con hombreras saliendo del casino de Mar del Plata al amanecer. Fue una pegada sacar el disco en vinilo además de las plataformas digitales, ya que descubrimos que una tendencia del público en la cuarentena es comprar más vinilos que en los últimos años”.

Tallarita también es profesor de música cuando los conciertos y grabaciones le dejan tiempo libre. Es un virtuoso que ha tocado con todos los grandes y a algunos los recuerda como parte de sus grandes experiencias de vida. “Hay cosas que no se pueden explicar y que uno atesora para siempre. Como el día que llegué tarde a la prueba de sonido de un concierto de Armando Manzanero, en el teatro Broadway, junto con Chico Novarro. Yo casi caigo al suelo para pedirle perdón de rodillas a Manzanero, que era un gigante, tan grande y humilde como lo que uno percibe en su música. Armando me dio un abrazo y me dijo “Olvidate. Yo estoy seguro de que darás lo mejor de ti en el escenario, y eso es lo único que importa”.

“Los momentos inolvidables”, continuó, “uno siempre los vive con los más grandes. Mercedes Sosa invitaba a todos los músicos a su casa en Tucumán a comer empanadas; son cosas que te quedan eternamente. Y también hay cosas raras que te pueden pasar en medio de una gira. Una escena que se me viene últimamente a la memoria, en medio de la ciudad nocturna y desierta, es un día, a las 4 de la madrugada, que le hice un chiste indebido al chofer de la combi del grupo de ska Los Intocables. Eran los años ’80, y el chofer era un tipo al que le decían “el turco” y tenía un ojo de vidrio. Se enojó conmigo y dijo que me bajara o bajaba a todos. Yo estaba en medio de la nada, en algún lugar cercano al Ciudad Deportiva de Boca, solo con mi novia, la trompeta. Eran otros tiempos, hoy no habría salido vivo de ahí”.

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