Lo no esencial es invisible a los ojos

Hay actividades no esenciales de los cuales ni se habla ni se sabe sobre su futuro en el mediano plazo no en el corto. Cómo transitan la pandemia.

El Covid-19 provoca estragos en la economía 

El Covid-19 provoca estragos en la economía 

Julián Álvarez / Télam

“A la actual crisis sanitaria le seguirá una crisis económica. No obstante, espero que en el futuro echaremos la vista atrás y comprenderemos que la Covid-19 fue un piano que no se podía tocar, y que respondimos al reto” es lo que expresó hace algunas semanas uno de mis periodistas económicos favoritos y columnista británico Tim Harford.

El coronavirus es una trampa permanente. Si cada actividad económica es una tecla de un piano muy grande querer tocarlo y ponerlo a sonar con una melodía también pone en riesgo en forma permanente la tasa de duplicación de contagio y la salud de la población. Es un avance y retroceso permanente.

La semana pasada se liberaron entre el 25 % y 30 % del total de actividades comerciales minoristas en la Ciudad de Buenos Aires de acuerdo a FECOBA (Federación de Comercio de la Ciudad de Buenos Aires).

FECOBA

Sin embargo, que es “esencial” y “no esencial” tiene una disputa de posibilidad o imposibilidad para la liberación de actividades a corto y mediano plazo. Esta semana será clave para ver si algunas provincias se mantienen en FASE 4 o retroceden casilleros y lo mismo en AMBA si se mantiene en FASE 3 o retrocede.

Hay rubros que aún no están abiertos como Indumentaria, Calzado, Peluquería, Servicios de Manícura, Agencia de Lotería y Quiniela, entre otros que en algún momento con los protocolos correspondiente podrán abrir. Sin embargo, hay otros rubros no esenciales de los cuales ni se habla ni se sabe sobre su futuro en el mediano plazo no en el corto.

En este grupo se encuentran actividades turísticas, hoteles, restaurantes, bares, boliches, gimnasios, clubes de fútbol, jardines de infantes, transporte de larga distancia, sector aeronaútico, entre otros. La sensación de incertidumbre es mayor.

Solo en el sector Turismo de acuerdo a un Informe de CAME unos 9.150.000 no se desplazarán por fines de semana largo y vacaciones de invierno. Se perderán unos $ 60847 millones de gasto. Por su parte, los excursionistas que se desplazan a localidades cercanas para pasar un día de campo o ir a disfrutar con sus familias de al menos una salida de fin de semana que se proyectaba en 15.555.000 se quedarán en sus casas perdiéndose un gasto de $ 9765 millones. Es decir el turismo se pierde ingresos por $ 70612 millones en toda su cadena de actividad de bienes y servicios integrados. Pero hasta ahora ni siquiera en Europa se ha podido revertir esta situación salvo en el verano donde se comienzan a ensayar protocolos turísticos de distancia social, horarios de visitas en playas, uso de barbijos, toma de temperatura al ingresar a los balnearios, distancia de 10 m2 entre sombrillas y un metro y medio entre reposeras.

TURISMO CAME

Sin embargo, el análisis pone el foco si solo es un problema de organización de la oferta comercial para todos estos sectores o también es importante evaluar la predisposición de la demanda para consumir estos bienes y servicios hasta ahora con poca planificación para su reapertura y tiempos de implementación. Estarán dispuestos los consumidores mientras no haya vacuna para el corona virus a ir a bares, boliches, restaurantes o tomarse vacaciones? La otra pregunta es: es cuestión de disposición o de organización social y cultural para nuevas prácticas de consumo y protocolos eficientes para que esa disposición sea más factible? Será esto posible ensayarlo para la estación de invierno o solo debemos proyectarlo para el inicio de la primavera-verano.

Hasta ahora no se habla de estos sectores y rubros por que las fases de la cuarentena adiestran sobre un nuevo comportamiento social y cultural de la demanda que condiciona a la oferta. No es al revés. La oferta comercial quedo demostrado la semana pasada en la Ciudad de Buenos Aires que no solo implementa los protocolos como corresponde sino que incluso sus ventas de acuerdo a FECOBA son un 31 % de lo que eran antes de la Cuarentena. No hubo por parte de la demanda a pesar que esos rubros estuvieron más de 50 días cerrados desesperación por parte del consumidor para concurrir a los locales. Los clientes porteños ahorran en salud y también en dinero por restricción del ingreso y racionalidad del gasto.

Quiero dejarles una exquisita reflexión de Carissa Véliz quien es Investigadora española en el Uehiro Centre de la Universidad de Oxford “En el mundo poscovid, tal vez estemos tan hartos de nuestras pantallas —y de que nos arrebaten nuestros datos— y habremos echado tantísimo de menos el contacto personal, que dejaremos los teléfonos en casa más a menudo y disfrutaremos más de la presencia de otros y de la naturaleza. Ese panorama es igual de posible y mucho más luminoso”.

Yo estoy tan de acuerdo con Carissa que no solo dejaremos las pantallas sino que iremos a los Centros Comerciales a Cielo Abierto a disfrutar del espacio social y cultural pérdido como si fuese una extrañeza que nos quedo de un recuerdo pasado pero siempre presente durante esta pandemia. No sé cuando, no sé como pero siento que nuestras vidas cambiarán mucho pero “lo no esencial será visible a nuestros ojos y deseos como nunca antes en nuestra historia económica”. Lo que hoy es “esencial” es “necesario”. Lo que hoy es “no esencial” es un deseo postergado solamente pero nunca olvidado. Preparensen. Esto va a pasar y ustedes rubros y sectores económicos hoy olvidados y postergados serán grandes protagonistas de la economía post covid-19.

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