11 de marzo 2017 - 00:11
A cuatro años de la asunción de Francisco, cómo evalúan los religiosos su gestión
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Sin embargo, De la Serna reclama modificaciones en el esquema eclesiástico: "Creo que la reforma de la Curia, que era una de las cosas que uno esperaba, todavía está en la nada. Si ha hecho cambios, pero hasta ahora la burocracia le ha impedido proseguir. Ese lugar es una mafia".
"Hay muchas palabras que son excelentes, pero espero algunas actitudes y reformas que los que están fuera de la Iglesia lo viven con más naturalidad. Como buen jesuita, Bergoglio es una persona que se cuadra dentro de lo que dice la autoridad, respetando su voto de obediencia. Muchas de sus actividades se desconocían hasta que se transformó el mismo en la autoridad", reflexionó De la Serna.
El padre Juan Isasmendi, en cambio, prefiere destacar al líder religioso por sobre el político: "Más que su liderazgo, elogio su paternidad. Es un Padre que envía, que da la vida y que trabaja todos los días por su Iglesia. Su paternidad es una luz en el mundo, la gente se siente atendida y comprendida por él".
Isasmendi fue ordenado sacerdote por Bergorglio y se acercó al trabajo social a través de él y del cura José Di Paola, conocido popularmente como "Padre Pepe". Ambos tuvieron a cargo la parroquia "Nuestra Señora de Caacupé", en Barracas, donde realizaron una amplia labor barrial en la villa 21-24.
"Es una bendición para el mundo tener un Papa como él a esta altura de las circunstancias. Siendo cardenal apostó muchísimo por un proyecto de Iglesia ligada a los pobres, a la misión y a la misericordia. Creo que eso, con toda convicción, lo llevó al mundo", reflexiona el religioso.
En cuanto a los factores políticos que hacen a la figura de Francisco, Isasmendi opina que "quienes se quedan con esa versión exclusiva, caen en una mirada miope", aunque realza que, cuando en su camino toca intereses, se convierte en un "líder político".
Bergoglio no ha sido ajeno a los pesares que atraviesa el mundo: en 2015 visitó Bolivia, donde realizó un inédito acto frente a movimientos sociales y campesinos de ese país. Allí defendió la idea de la triple T: Techo, Tierra y Trabajo, y practicó una autocrítica sobre el rol de la Iglesia en la conquista de América. Además, ese mismo año viajó a Kenia, Ruanda y República Centroafricana, tres países diezmados por conflictos armados y tribales y con fuerte volatilidad política. Uno de sus pilares ha sido constituir una Iglesia "de pobres para los pobres".
A nivel religioso, Francisco promovió el acercamiento con la Iglesia Ortodoxa, disolviendo una separación que padecieron los cristianos a partir del cisma de 1054. En 2016 el excardenal de Buenos Aires se reunió con Kiril, patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa en la ciudad de La Habana, la capital de Cuba, el país que vivió una mediación papal para avanzar en su deshielo con los EEUU.
Pero no todo es color de rosas en la gestión del eclesiástico nacido en Flores. Su apertura en temas como la homosexualidad y el aborto, y la "limpieza" del Banco del Vaticano, lo llevaron a disputar fuertes internas con los sectores más conservadores de la Curia. Días atrás, Roma amaneció empapelada con afiches apócrifos que rezaban: "Has intervenido congregaciones, removido sacerdotes, decapitado la orden de Malta y a los Franciscanos de la Inmaculada, ignorado cardenales...dónde está tu misericordia?"
Para Isasmendi, los roces del Pontífice con los sectores conservadores responden a que "cuando empieza a poner ciertos valores en primer lugar encuentra resistencias, eso habla muy bien de él. Lo veo como algo que busca romper con un sistema de poder y una lógica de administración sobre conflictos".
Por su parte, el Padre Carlos Gómez, párroco de la basílica "Nuestra Señora de Buenos Aires" del barrio de Caballito, destacó ante este medio que "muchas personas se han vuelto a acercar al evangelio gracias al Papa".
"Los vecinos están muy contentos con él. Comparten sus palabras y las hacen suyas. Lo que hace Francisco es lo que marca el evangelio, una apertura hacia la comunidad. Tiene la línea de la liberación", subrayó Gómez.
En cuanto a deudas pendientes, el sacerdote considera que "hay mucho en lo que avanzar". "La promoción de la vocación religiosa, los valores familiares, el saneamiento de la Curia, son todos temas en los que se debe profundizar el eje", concluye el religioso.
Desde que asumió, Francisco redactó dos encíclicas: "Lumen Fidei" o "La luz de la fe", publicada durante su primer año de gestión y "Laudato sí" o "Alabado seas", editada en 2015. Esta última causó un gran revuelo ya que su contenido promueve una defensa el medio ambiente y el desarrollo sustentable donde el Pontífice se mete de lleno en cuestiones de índoles económicas y sociales.
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