Alejandro Sabater es cartonero. Oficio que aprendió a la fuerza debido a la falta de oportunidades e injusticias que vivió en carne propia. No le quedó otra. Su mujer y dos hijos esperaban. Había que salir.
"No te acerques, junta cartón": tiene 4 años y fue víctima de bullying por querer jugar con su vecino
Alejandro vivió en carne propia cómo discriminaron a su hijo por el solo hecho de trabajar como cartonero. Su historia de superación, sus metas y la cruda realidad que viste a una sociedad cada vez más cruel.
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Sus sueños son otros, claro. No nació queriendo ser cartonero. Y por eso luchó, estudió y apostó. Hoy consiguió un empleo, después de vender durante varios años páginas web.
Siguiendo su pasión por la programación, Alejandro se desempeña hace tres meses en una empresa relacionada al rubro y trabaja desde su casa. Además de aprender aún más sobre programación, se encuentra rindiendo los primeros parciales de la carrera que pretende culminar.
Pero lamentablemente, además de padecer una enfermedad crónica y sufrir despidos laborales injustificados, padeció en carne propia y con su pequeño hijo, un acto de bullying.
Fue en su propia casa, y con su vecino como protagonista.
“Salí al patio a hacer algo a la parrilla y mi nene fue a llamar al hijo del vecino para jugar, pero el papá no lo dejó acercarse y le dijo que no se acercara porque el vecino (yo) junta cartón”, compartió Alejandro en diálogo con Ámbito.
Y agregó: “La verdad, nunca pensé que se iba a molestar porque tapara esos dos metros del tejido debido a que me tiraban basura donde jugaba mi nene, y me pone muy mal que mi hijo tenga que escuchar que hablan así de su papá. Sé muy bien que salir a juntar cartón no es nada de otro mundo y es un trabajo digno, pero me da mucha bronca e impotencia tener que aguantar esos comentarios de la gente”.
Sus sentimientos como padre
Alejandro está dolido por la situación y continúa sufriendo por aquel acto discriminatorio. “Como padre siento muchas cosas, primero bronca por tener que explicarle estas cosas a mi hijo que es muy chiquito; tiene 4 años, pero entiende mucho. Le enseño que no hay que pelear, reírse de los demás, tampoco discriminar. Y de repente me encontré con una situación así. Lo primero que siento es angustia por mi nene, por escuchar esas cosas y que él esté presente, que él no pueda acercarse a hablar con el hijo del vecino. Me angustia.
Sobre los motivos que impulsaron al vecino a realizar ese tipo de agravios contra su hijo, Alejandro explicó que “tiene que ver con la mirada hacia la gente de bajos recursos. Sobre la gente que no tiene un trabajo, haciendo changas, juntando cobre. Se los ve como alguien ignorante, que tocó fondo. Para la mayoría es un fracaso, una derrota. Entonces, piensan y dicen en voz alta: dejalo, junta cartón porque le fue mal en la vida”.
El diálogo con su hijo
“Como es muy chico traté de alejarlo un poco de la situación y contarle que hay gente que no siempre está feliz con el progreso de los demás, y que papá va a hacer lo que haga falta para que a él nunca le falte nada”, concluyó.
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