17 de enero 2022 - 07:53

¿Puede la geoingeniería solar revertir el cambio climático?

La geoingeniería solar o climática implica la manipulación a gran escala de la atmósfera para provocar cambios que ayuden a frenar el calentamiento del planeta.

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Unos 60 científicos pidieron este lunes que no se utilice la geoingeniería solar para enfriar la superficie de la Tierra, un método de lucha contra el cambio climático que estos expertos consideran excesivamente impredecible.

¿Qué es la geoingeniería solar?

La geoingeniería solar o climática implica la manipulación a gran escala de la atmósfera para provocar cambios que ayuden a frenar el calentamiento del planeta. Concretamente se utiliza la dispersión de billones de partículas de azufre en la capa más exterior de la atmósfera, para aumentar la refracción de los rayos solares.

Los efectos secundarios podrían superar los beneficios, indicó este documento publicado en la revista WIREs Climate Change.

"El despliegue de la geoingeniería solar no puede ser gestionado a nivel mundial de manera justa, inclusiva y eficaz. Pedimos en consecuencia a los gobiernos, a la ONU y a otros actores que adopten medidas políticas inmediatas para impedir la normalización de la geoingeniería solar como opción contra el calentamiento del planeta", explican los expertos.

La temperatura del planeta ya ha aumentado aproximadamente un 1,1 °C desde la era preindustrial, lo que ha provocado un aumento de los fenómenos climáticos extremos, ya sean grandes sequías, inundaciones o tempestades, según los científicos.

La comunidad internacional ha ratificado su compromiso de limitar el aumento de la temperatura media a menos del +2 ºC, preferentemente a +1,5 ºC, aunque los expertos de la ONU estiman que ese umbral de +1,5 °C podría ser superado en 2030.

La historia de los fenómenos naturales como las erupciones volcánicas han demostrado que los gases que llegan a la parte superior de la atmósfera enfrían la temperatura media del planeta. Eso fue lo que sucedió con la gran erupción del volcán Pinatubo en Filipinas en 1991.

Pero una modificación de la atmósfera hecha a propósito podría perturbar el sistema de monzones en el sur de Asia y en el oeste de África, afectando grandes extensiones cultivos y provocar hambrunas, según estudios ya publicados.

Esta tecnología no impediría por otro lado la concentración de CO2 en la atmósfera causada por la actividad humana.

Los firmantes de esta carta pública, entre ellos Aarti Gupta de la universidad holandesa de Wageningen, o el presidente de la Agencia del Medio Ambiente alemana, Dirk Messner, consideran que esta tecnología podría "disuadir a los gobiernos, a las empresas y a las sociedades de hacer todo lo que esté en sus manos para lograr la neutralidad carbono", es decir, el equilibrio entre las emisiones y la retención de gases de efecto invernadero.

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