22 de febrero 2023 - 14:04

¿Cuáles son los animales peligrosos de los que hay que cuidarse en las vacaciones?

En época de vacaciones es vital tomar los cuidados correspondientes para no sufrir ninguna enfermedad. En esta nota, los consejos de un especialista.

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Los destinos vacacionales suelen ofrecen diferentes paisajes pero también cuidados especiales para no sufrir accidentes con distintas especies de animales.

En ese marco, el doctor Francisco Dadic, médico toxicólogo del Hospital Durand y director de Toxicología Hoy, explicó los cuidados necesarios que deben llevarse a cabo para no padecer ningún imprevisto.

Animales peligrosos en vacaciones

Playa, sierras, bosques y montaña suelen ser los elegidos para las vacaciones, pero ¿cuáles son los animales peligrosos de los que hay que cuidarse en cada uno de estos lugares? ¿Qué hacer en caso de un envenenamiento o intoxicación? Veamos:

En el río

En la Argentina, existen más de 25 familias y más de 250 especies de bagres (peces gato) y casi la totalidad es de agua dulce. Si bien no hay una glándula venenosa conformada como tal, cuando el pez se siente amenazado, sus elementos punzantes (“espinas”) quedan erguidos. A su vez, éstos están recubiertos por un tejido mucoso venenoso que, al ingresar al organismo, produce dolor muy fuerte en la zona de punción, algunos relatan que es casi insoportable, con inflamación y edema.

La lesión puede ulcerarse y tardar mucho tiempo en cicatrizar. En caso de contacto y lastimadura por estas espinas, se aconseja colocar la extremidad o región afectada en inmersión en agua caliente (cerca de 50°C) durante 30 a 90 minutos, acercarse a un centro de salud para retirar espículas o fragmentos de aguijón y/o epitelio glandular, y administrar profilaxis antitetánica.

En el mar

Existe una gran cantidad de medusas (“aguas vivas”) en el mundo. Las más comunes son Olindias sambaquiensis, Liriope tetraphylla (hidromedusas) y Chrysaora lactea (agua viva común).

Durante la temporada estival, en las playas de la costa atlántica, se registran accidentes cuyos principales representantes son Olindias y, más recientemente, Liriope.

Las Olindias miden unos 10 centímetros de diámetro, es la más común de las más de 100 especies que conviven en el Mar Argentino. La Liriope, en tanto, también conocida como “tapioca” o “pica pica”, posee una campana de cerca de 1 cm de diámetro, por lo que es casi invisible.

Sus venenos están constituidos por numerosos componentes. Las lesiones se producen por las descargas de los nematocistos, es decir, las cápsulas que se encuentran en las paredes de las medusas y que inyectan el veneno. Esta inoculación causa irritaciones, lesiones urticantes, eritematosas y edematosas, mayormente, en miembros. Puede haber signos sistémicos inespecíficos leves.

En caso de contacto, se aconseja aplicación de ácido acético (vinagre), que inhibe el mecanismo de inyección del veneno de los tentáculos, lavar con agua de mar (no agua corriente porque puede hacer que los tentáculos inoculen más veneno) y limpiar con toallas, arena o cremas cosméticas. Y un tratamiento adicional según la gravedad.

En el bosque, las sierras y la montaña

Con una amplia distribución en todo el territorio argentino, la mordedura de la víbora yarará es la más frecuente de todas las serpientes venenosas. Tiene un veneno muy tóxico, es bastante agresiva, cuando muerde inocula una buena cantidad de toxina y, sobre todo, son las serpientes más frecuentemente involucradas en envenenamientos

Atacan cuando se sienten amenazadas. Lo habitual es ver mordeduras en los pies, piernas y tobillos al ser pisadas, o en los brazos al manipular ramas, trocos y vegetación.

Sus colores y tamaños varían según su especie. Si bien pueden llegar a los casi 2 metros, suele rondar los 80 a 120 cm y la mayoría de los ejemplares es de color marrón y verde con marcas de herraduras a los costados.

Poseen una cabeza triangular, pupilas elípticas y foseta loreal (una hendidura situada entre el ojo y el orificio del hocico, que le permite percibir el calor emitido por una posible presa). Estas son características distintivas y típicas de la mayoría.

Su veneno tiene una acción directa sobre la sangre y el tejido celular porque produce destrucción celular, que lleva a la formación de ampollas, edema (hinchazón) y necrosis (tejido muerto), rotura de vasos sanguíneos y alteraciones en la coagulación de la sangre. Todos esto provoca hemorragias masivas en todo el cuerpo, que van acompañadas por una lesión inflamatoria en el sitio de la mordedura, muy importante y dolorosa. Es frecuente ver la marca de los dos colmillos.

Si viene existe el antídoto específico, la muerte puede devenir durante las 4 a 6 horas posteriores. Por ello, su administración debe ser de lo más rápida posible. En caso de mordedura se aconseja mantener la calma, retirar cualquier joya o ropa ajustada cerca del sitio, lavar suavemente con agua tibia jabonosa y dirigirse al centro de salud más cercano.

Si el animal involucrado se encuentra muerto, llevarlo consigo para una identificación más veloz. Si no es posible, idealmente, tomarle una foto si se dispone de los elementos.

Nunca cauterizar o poner barro sobre la herida. Tampoco chuparla. No realizar un corte o incisión con el fin de “extraer el veneno”. No hacer un torniquete para frenar el avance del veneno ni colocarse o tomar remedios caseros.

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