La historia de Violet Gibson, la irlandesa que intentó asesinar a Mussolini

Aunque había militado contra la guerra, el asesinato de Mussolini no parecía entonces la mejor forma de asegurar la paz...

Violet Gibson.jpg

El 7 de abril de 1926, Violet Albina Gibson, una dama británica de 50 años, hija de Lord Ashbourne –político inglés que se había desempeñado como Lord Canciller de Irlanda–, salió de un convento romano armada con un revolver con la intención de asesinar a Benito Mussolini. Se dirigió a la Piazza del Campidoglio donde se congregaban varios miles de admiradores del Duce que asistían a vitorearlo después de dar un discurso sobre las maravillas de la medicina moderna en el ámbito del Congreso Internacional de Cirujanos.

Además del revolver Modelo 1892, Violet llevaba en su cartera un papel con la dirección de la sede del Partido Fascista de Italia y una piedra que habría de utilizar para romper el vidrio del automóvil que conducía al líder italiano. La Srta. Gibson apuntó a la cara del Duce mientras éste saludaba a la multitud. La bala apenas le rozó la nariz. Violet gatilló una vez más, pero la pistola falló.

Era la segunda vez que Mussolini salvaba su vida desde que había asumido el poder. En noviembre de 1925, Tito Zaniboni fue arrestado en el hotel Dragoni de Roma con un fusil dispuesto a matar al Duce. Lo detuvieron antes del atentado.

Pocos meses después del fallido intento de Violet Gibson, Gino Lucettia le lanzó a Mussolini una bomba, pero no llegó a dañarlo. El 31 de octubre de 1926, un joven de 15 años le disparó a Mussolini durante un acto en Bolonia. El líder fascista resultó ileso pero el adolescente murió linchado por los presentes… Violet tuvo más suerte porque la intervención de la policía la salvó de correr el mismo destino. El Duce minimizó lo acontecido. Fue atendido por uno de los cirujanos participantes del Congreso que solo le vendó la nariz y el líder continuó su camino vitoreado por la multitud mientras Violet era conducida a la Prisión de Regina Coeli, un antiguo convento convertido en cárcel desde los tiempos de Napoleón.

image.png

La noticia del atentado se difundió rápidamente y miles de cartas de adhesión llegaron congratulado a Mussolini. El Papa envió una nota agradeciendo a Dios de que el Duce había salido ileso… curiosamente Violet Gibson también invocaba a Dios como inspirador de este intento de magnicidio. Fue interrogada por la policía italiana sobre quién le había dado el arma y para saber por qué una irlandesa quería asesinar al líder italiano, pero nada coherente pudieron obtener del interrogatorio porque Violet Gibson sufría trastornos psiquiátricos.

Violet había nacido el 31 de agosto de 1876 y era la hija mayor de Eduard Gibson, Canciller de Irlanda en tres oportunidades, ungido barón de Ashbourne por la reina Victoria. En la corte de esta monarca Violet fue presentada en sociedad y allí frecuentó a miembros de la realeza y figuras de la aristocracia británica.

Su madre, Frances Colles, era una científica cristiana seguidora de la prédica de Mary Baker Eddy, quien proponía una forma de idealismo teísta en la “Dios es todo en todo”. Violet pronto se desilusionó de esta religión y a los 26 años se convirtió al catolicismo.

La salud de la Srta. Gibson siempre fue frágil, sufrió varias enfermedades infecciosas y fue operada por trastornos intestinales. En 1922 sufrió un colapso nervioso que obligó a su internación en un instituto de salud mental. En más de una oportunidad intentó escaparse y debió ser llevada por la policía de vuelta a la clínica. En una de estas evasiones hirió a una persona. Mientras estuvo internada en el Sanatorio de Holloway trató de asesinar a otro paciente.

Poco antes del ataque al Duce, en 1925, Violet intentó suicidarse disparándose en el pecho. Después de esto decidió asesinar al Duce pero se desconocen las razones que la empujaron al magnicidio. Aunque había militado contra la guerra, el asesinato de Mussolini no parecía entonces la mejor forma de asegurar la paz... El tiempo le daría la razón a Violet Gibson.

image.png

El gobierno británico inmediatamente tomó cartas en el asunto. Que un miembro de la aristocracia hubiese intentado asesinar al líder de una nación aliada (recordemos que Italia había pelado contra Alemania en la Primera Guerra Mundial), era un escándalo mayúsculo. Rápidamente los dos gobiernos llegaron a un acuerdo y la Srta. Gibson fue expulsada de Italia e internada en el Hospital Saint Andrew, en Northampton, donde pasó el resto de su existencia a pesar de las múltiples peticiones para ser liberada dirigidas a las autoridades y funcionarios, muchos de los cuales había conocido en su juventud, como a Winston Churchill y a la misma reina Isabel II. Sin embargo, estas cartas jamás llegaron a sus destinatarios, censuradas por las autoridades del hospicio.

En 1930 tuvo otro intento de suicidio, pero después de este episodio Violet vivió tranquilamente en el mismo asilo hasta su muerte en 1956.

Ni amigos ni familiares asistieron a su funeral ni se respetaron sus últimas voluntades. Los pacientes psiquiátricos, cuando tienen la desgracia de ser longevos, se van convirtiendo en fantasmas en vida para aquellos que los conocieron ...

Sin embargo, su historia no cayó en el olvido, el ayuntamiento de Dublín aprobó la moción para instalar una placa en su honor.

Ha llegado el momento en que Violet Gibson salga a la luz.

Dejá tu comentario

Te puede interesar