Desde el Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, en Mendoza, preocupados ante el aumento de robos y hurtos en las zonas rurales, convocaron a autoridades de seguridad de la provincia para alertar sobre la situación.
Delinquen en bodegas y viñedos y venden lo robado a la vera de la ruta
Productores vitivinícolas mendocinos denuncian asaltos comandos y hurtos. Los elementos sustraídos se ofrecen en la modalidad "al paso" a la vista de todos.
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Estuvieron presentes el subsecretario de Relaciones Institucionales del Ministerio de Seguridad, Néstor Majul, el Fiscal de Cámaras Zona Este Oscar Sívori y comisarios departamentales. Habiendo sido invitados los intendentes de los 5 departamentos del territorio, sólo asistieron el intendente de Junín Héctor Ruiz y el anfitrión Raúl Rufeil, quien personalmente comprometió la presencia de las autoridades mencionadas a dicha reunión. En esa oportunidad, socios de la entidad detallaron sus experiencias y modalidad de los robos, verdaderos “asaltos comandos” que con inusitada violencia e impunidad logran sus objetivos o bien los hurtos de estructuras de viñedos, vehículos, malla antigranizo, madera, riego por goteo, herramientas, maquinarias, transformadores eléctricos y hasta las propias cosechas de los frutos son parte del botín. A lo que debe sumarse los daños colaterales a las mismas estructuras que son vandalizadas.
Las respuestas de las autoridades si bien pueden ser atendidas y entendidas no fueron satisfactorias para los damnificados. Es que, en el caso de los hurtos, los elementos robados se ofrecen a los costados de las rutas, “al paso” y a la vista de quien quiera verlo mientras que, en el caso de los robos, particularmente en este caso, se caracterizan por la misma modalidad y en inmediaciones de una zona rural determinada lo que hace suponer el accionar de una banda delictiva organizada y con cierta profesionalidad. La “inteligencia” de los ladrones no tiene fisuras, los asaltos y la huida son consumados con precisión.
Días después de la reunión de referencia los asaltos a mano armada continuaron y continúan sin que nada los detenga. La situación trasciende el precio de lo robado ya que es el valor de la propia vida la que se pone en juego.
Hace pocos días un productor fue violentado y robado en su domicilio, ubicado en el área de la bodega, previo reducir al personal de vigilancia de privada, quien también fue robado; pocos días atrás un asalto comando daba cuenta de otro productor cuando llegaba a su domicilio. Son apenas dos ejemplos y desde entonces para ellos y otras víctimas anónimas, que desanimadas por la falta de respuesta ni la denuncia hacen. No existen días ni noches en la que cualquier ruido sea alarmante y en la sensación de vulnerabilidad que genera el terror (que no siempre aconseja bien) se llega al extremo de proveerse de un arma de fuego en la que se busca una ilusoria seguridad, que por el momento parece ser la única; ya no es suficiente contar con perros adiestrados, alarmas, seguridad privada, etc, lo cual implica además un gasto importante. Así lo viven y lo sienten quienes pasan por esta injusta circunstancia de ser robados y maltratados (en el mejor de los casos). Un productor fue muy claro: “Ya no podemos dormir. Si no nos mata una bala asesina nos va a matar la angustia de la incertidumbre”. Lo que se percibe es una reacción de las victimas que de a poco empiezan a organizarse para realizar acciones de quejas y protestas que no podemos prever como terminarán. Porque así no se puede seguir.
Comisión Directiva del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este.
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