¿Será un OVNI?: encontraron restos de un objeto misterioso en el Pacífico

Los estudios realizados hace días indicaron que se trataría del primer objeto interestelar conocido en la Tierra.

El avistamiento y el posible hallazgo de un objeto volador no identificado (OVNI) ha sido tema de debate y fascinación durante décadas. A medida que la tecnología y la exploración espacial avanzan, surgen ocasionalmente informes de encuentros inexplicables con fenómenos aéreos que revolucionan internet.

Los protocolos de investigación, el análisis científico riguroso y la divulgación responsable son fundamentales para comprender mejor estos fenómenos. Testigo de ello es el científico y profesor de Harvard Avi Loeb, quien en su libro 'Diario interestelar' relata la búsqueda del IM1, el primer objeto interestelar conocido en la superficie terrestre, el cual podría llegar a ser un fragmento de una nave extraterrestre.

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Explicó que su origen interestelar fue reconocido formalmente con 99.9% de certidumbre en una carta oficial a la NASA fechada el 1 de marzo de 2022. Es allí cuando esta la historia comienza.

¿OVNI en el pacífico?

De acuerdo con los escritos de Loeb, su objetivo principal es encontrar los diminutos fragmentos de la supuesta nave ovni en el Océano Pacífico y analizar su composición.

Ocho días después de que comenzó la expedición, puntualmente el 19 de junio de 2023, un descubrimiento llamó la atención del científico y su equipo. Días antes habían encontrado un alambre de manganeso con un patrón distinto a los productos comerciales actuales.

Después de varias horas de trabajo y búsqueda en medio de las turbulentas aguas del océano, encontraron una colección de trozos de hierro corroído, el cual, después de un arduo análisis, resultó ser realmente acero resistente al choque.

¿Por qué esto se trataría de un OVNI?

Esto es muy importante, pues de acuerdo con el científico, los meteoritos de hierro se rompen en pequeños trozos que se funden por la bola de fuego y se recuperan en como fragmentos casi esféricos.

Así mismo, según Loeb, "la forma de los fragmentos recuperados es casi plana, como si fueran capas superficiales desprendidas de un objeto tecnológico que experimentó una tensión material extrema"