5 de julio 2008 - 00:00

Un hombre decapitó al Hitler de cera de un museo de Berlín

Un hombre arrancó la cabeza de la polémica figura de cera de Adolf Hitler
Un hombre arrancó la cabeza de la polémica figura de cera de Adolf Hitler
Un hombre arrancó la cabeza de la polémica figura de cera de Adolf Hitler en la jornada de apertura del museo Madame Tussauds de Berlín, informó el sábado la policía.

Apenas unos minutos después de que abriera el museo, el hombre de 41 años empujó a dos guardias de seguridad que vigilaban la exhibición.

"Después se acercó a la figura y le arrancó la cabeza", dijo un portavoz de la policía.

El hombre actuó de dicha manera en protesta a la exhibición de la figura, agregó. La policía fue alertada y procedió a arrestar al individuo, quien no opuso resistencia.

El hombre fue liberado posteriormente, pero será investigado por agresión y daño a la propiedad privada.

Adolf Hitler aparece con mirada sombría en una representación de un búnker en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, una idea considerada de mal gusto por algunos. El jueves, la presentación a la prensa de la nueva filial de Madame Tussauds se vio ensombrecida por la polémica.

Los críticos consideran que no es adecuado mostrar al dictador nazi, que comenzó un conflicto bélico en el que murieron millones de personas y ordenó la exterminación de los judíos en Europa, en un museo en el que aparecen famosos, estrellas de la música y de otras artes, estadistas y héroes del deporte.

La figura de Hitler aparece con un traje gris y mirando hacia el suelo con aire abatido, uno de los brazos estirados sobre una mesa de madera de gran tamaño y junto a una pared en la que se ve un mapa de Europa, en un lóbrego búnker.

Unas 25 personas trabajaron durante cuatro meses en la representación utilizando más de 2.000 fotografías y piezas de archivo, y guiándose también por un modelo del "Führer" en el Madame Tussauds de Londres, en el que aparece de pie.

En Alemania, es ilegal mostrar símbolos nazis y arte que glorifique a Hitler. La exhibición fue acordonada para evitar que los visitantes del museo posaran junto a la figura del dictador.

Discretas señales pedían a los visitantes abstenerse de tomar fotografías o posar junto a Hitler "por respeto a los millones de personas que murieron durante la Segunda Guerra Mundial". Se dispuso de cámaras de vigilancia y funcionarios del museo para detener cualquier conducta inapropiada.

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