“La obra derriba el mito de la poeta burguesa y depresiva, Alfonsina es lo contrario. Trabajaba en una farmacia, no tenía plata para comprar papel y se robaba talonarios en el correo de telegramas para escribir atrás”, dice Dennis Smith, autor, protagonista y director de “Las algas”, un abordaje sobre Alfonsina Storni que combina su biografía con el proceso de montaje de la obra. Con actuación de Smith y Lourdes Invierno, la obra surgió del pedido de una diva de telenovelas de hacer una comedia sobre la vida de la poeta, pero aquella nunca vio la luz y fue retomada por Smith años después. Se estrena el 4 de febrero con funciones los sábados a las 20 en el Camarín de las Musas.
Dialogamos con Smith.
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“Las algas” se propone terminar con la imagen tradicional de Alfonsina
Diálogo con su autor y director, Dennis Smith, quien asegura que la poeta nada tenía que ver con esa persona depresiva, burguesa y atormentada.
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Las algas. Lourdes Invierno y Dennis Smith, protagonistas de “Las algas”. No se trata sólo de una aproximación no convencional a la vida de la célebre poeta, sino también de una exposición del montaje de la obra.
Periodista: ¿Cómo aborda la historia de Alfonsina desde la comedia?
Dennis Smith: La obra derriba ese mito de la poeta dramática, melancólica, y algo de su historia. Por su puesto todos sentimos que la muerte es una tragedia, pero no sé si existe tal tragedia y Alfonsina, para mi sorpresa, era una mujer con las cosas claras, y hasta creo que lo que llevó adelante fue una eutanasia rudimentaria. Ella nunca utilizó la palabra suicidio sino que decía “acabarme”. Fue una vida de mucho esfuerzo y ella era divertida. Esta no es una comedia hilarante, desde luego, pero es llevadera, y no es el dramón que uno imagina con Alfonsina. La obra pone en relieve la valentía, ella fue muy fuerte, de decisiones muy claras, extraña y singular para esa época. Fue un gran descubrimiento entrar en Alfonsina, uno tiene en la cabeza la zambita, la imagen en Mar del Plata y ese folklore que ella fue caminando hacia el mar pero fue muy decidida, clara y trabajadora.
P.: Dice que fue clara, valiente y poco convencional, ¿en qué sentidos?
D.S.: Tenía claras cosas que hasta hoy hay quienes repiten modelos y no llegan a esa lucidez. Ella fue madre soltera pero nunca quiso que se supiera quién era el padre, aunque se sabe que fue una persona mucho mayor, uno de sus grandes amores, a quien conoció de chica y entró en esa relación sabiendo que él era casado. Él le dijo que no podía dejar a la mujer y ella se fue a tener el hijo sola para no comprometerlo. Eso habla de su claridad y siempre dijo que no hubo engaño, entró y salió sabiendo todo. Decidió su propia muerte y hasta ese punto aguantó el dolor. Eso habla de valentía, nunca el lugar de la pobrecita o la víctima que me resulta insoportable, no es la poeta débil y dulce sino la mujer fuerte y clara. Y no por eso era peleadora o amargada, sino que tenía mucho sentido del humor.
P.: ¿Qué le resultó lo más revelador de la investigación y del trabajo?
D.S.: El folklore y lo que uno recibe de estas figuras icónicas es una imagen cristalizada, tonta y telenovelera, entonces adentrarme en ella me hizo ver que era una heroína fuerte. A veces lo que nos llega de ciertos símbolos populares está atravesado por la mirada mediocre de gente que no está a la altura. Era una adelantada inclusive para la época actual. Yo actúo en la obra, hay algo que me interpela como artista y es su fuerza de trabajo. Hay una frase que se refiere a su primer libro de poemas que dice “Dios te salve amigo de la inquietud del rosal pero lo escribí para no morir”. Hay algo de la voluntad artística que tiene que ver con el hacer porque el deseo es irrefrenable.
P.: ¿Cómo se gestó ese libro?
D.S.: Lo escribió sola, viviendo en una habitación alquilada en una pensión, se vino de Rosario a los 18 años, dio a luz a su hijo, recibió ayuda de su hermana y madre, no tenía un peso, le pagaban la mitad que a los hombres. Fue una madre soltera que escribía poemas que para la época eran considerados pornografía. Fue una mujer señalada, era una paria y después ganó reconocimiento pero nunca dinero. Hay algo de la voluntad artística que me conmueve y me habla de mi, es mucho esfuerzo ser artista acá y cualquier parte. Agradezco poder vivir de lo que hago.
P.: ¿Qué transformaciones sufrió el material desde lo escrito a lo que se verá en el escenario?
D.S.: De las 35 páginas escritas ahora son 21. Este espectáculo lo escribí para una actriz de telenovelas famosa y no nos pusimos de acuerdo en el enfoque, así que ahí quedó y luego lo retomé. Hago cruzas de vidas, lo hice en “La última Bonaparte” donde cruzamos a la sex symbol de los 80 Silvia Pérez con Marie Bonaparte, mujer famosa por su anorgasmia, la última descendiente de Bonaparte. Cómo una mujer tan sexual como Pérez encarna a esa mujer, allí se enlazaron ambas biografías. La historia de Alfonsina me interesó tanto que aunque ese paralelismo con la actriz de telenovelas no pudo llevarse a cabo, advertí que había rastros de esa búsqueda y rebauticé a la obra “Pequeño momento Wikipedia sobre Alfonsina” con un dispositivo que es la creación de una obra de teatro sobre Alfonsina atravesado por su biografía. Entonces hay momentos de poesía, momentos nuestros de trabajo de mesa y una gran resignificación del texto escrito al texto montado. Soy bastante kamikaze, escribo, llego a algo que me gusta en el papel, y cuando lo monto no me preocupa nada lo que escribí y lo cambio si no funciona.
P.: ¿Qué diferencias encuentra entre producir en la Argentina y España, donde presentó dos obras?
D.S.: En la Argentina encontré mi forma de llevar adelante los proyectos y ahora me resulta relativamente sencillo. En España no conozco tanto, hay que pensar a nivel idiosincrasia, qué puede llegar a interesar, aunque primero siempre pienso en que me guste a mi.
P.: ¿Cómo son sus espectáculos?
D.S.: Suelen ser explosivos y este invita a la gente a experimentar la sensación de una tertulia. Lo que hicimos hasta ahora en España fue “Los abrazos huecos” con Nacho de Santis y “Gloria”, en ambos nos fue bien pero no sucede lo que acá, donde mis obras duran varios años.
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