Mantenerse activo después de los 45 años es clave para conservar la salud física, fortalecer el corazón, controlar el peso y mejorar la calidad de vida. El entrenamiento regular no solo ayuda a prevenir enfermedades, sino que también potencia el bienestar emocional y mantiene la energía en niveles altos.
El ejercicio infaltable en tu rutina de entrenamiento si tenés más de 45 años
Una vida fitness después de los 45 años no sólo es posible, sino también muy accesible y favorable a la salud con un entrenamiento sencillo.
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Sumalo a tu entrenamiento: el ejercicio perfecto para fortalecer las piernas si tenés más de 60 años
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El entrenamiento que te ayudará a quemar calorías después de los 60 años
El entrenamiento efectivo y de bajo impacto para realizar en casa.
Sin embargo, con el paso del tiempo, es importante elegir movimientos que protejan las articulaciones y se adapten a las nuevas necesidades del cuerpo. En este sentido, las flexiones inclinadas se presentan como un ejercicio ideal: son seguras, efectivas y ayudan a tonificar los músculos mientras favorecen la quema de grasa abdominal.
Sumalo a tu entrenamiento: los beneficios de la flexión inclinada
Con los años, resulta fundamental priorizar los ejercicios de bajo impacto. Estos evitan el desgaste en huesos, músculos y articulaciones, a la vez que mantienen la fuerza y la movilidad. Las flexiones inclinadas cumplen con todos estos requisitos y, además, son fáciles de realizar en casa.
Este movimiento trabaja el core, los brazos y el pecho, fortaleciendo la musculatura y mejorando la postura. Al realizarse apoyando las manos sobre una superficie elevada (mesa, banco o incluso la pared), reduce la carga en muñecas, codos y hombros, lo que lo hace ideal para personas mayores de 45 años que buscan mantenerse en forma sin riesgo de lesiones.
Paso a paso: cómo realizar este efectivo ejercicio
Para realizar este simple ejercicio, se va a necesitar una superficie más elevada que el suelo que sirva para apoyar los brazos y reducir el impacto de la carga sobre las muñecas, brazos, codos y hombros. Puede ser un banquito o cualquier elemento que eleve al menos 45 centímetros la altura de apoyo. Una vez encontrado el objeto:
- Colocarse frente a una superficie elevada y firme (mesa, banco o pared).
- Apoyar las manos al ancho de los hombros.
- Caminar unos pasos hacia atrás hasta que tu cuerpo forme una línea recta de la cabeza a los pies.
- Flexionar los codos y bajar lentamente el pecho hacia la superficie.
- Mantener la espalda recta y el abdomen contraído.
- Empujar con los brazos hasta volver a la posición inicial.
- Realizar entre 8 y 12 repeticiones, ajustando la intensidad según la capacidad física.
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