Crear un espacio verde propio es mucho más que plantar semillas y esperar que crezcan. Requiere prestar atención a aspectos clave como el clima, la luz y el tipo de suelo. Con un poco de planificación, podés evitar errores comunes y lograr que tus plantas prosperen desde el primer día.
Estos son los consejos de jardinería que todos deberían saber antes de empezar su jardín
Descubrí estas ideas simples y útiles para planificar espacios verdes que florezcan según el clima y las condiciones de tu casa.
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Estos son los consejos que tenés que seguir para tener un buen jardín.
Aunque parezca una tarea intuitiva, empezar con buena información marca la diferencia. Desde conocer el entorno hasta saber cuándo y cuánto regar, todo esto va a sumar para que tu jardín se mantenga saludable y colorido durante más tiempo.
Lo que tenés que tener en cuenta al empezar tu jardín
Antes de poner manos a la tierra, lo primero que tenés que hacer es averiguar en qué zona de rusticidad te encontrás. Esto te va a ayudar a elegir variedades que resistan las temperaturas del invierno y florezcan sin problemas. También es importante saber cuándo suelen darse las últimas heladas de la primavera, es un dato clave para saber cuándo comenzar a plantar afuera sin riesgo.
Despues tenés que analizar la luz, no todas las especies necesitan la misma cantidad de sol. Si tu espacio tiene sombra parcial, optá por cultivos de estación fría como la espinaca o la lechuga, que rinden mejor si reciben al menos ocho horas de sol directo por día. Además, algunas plantas se guían por la duración del día, como las frutillas, que florecen en función de cuántas horas de oscuridad reciben.
Una buena poda mejora el aspecto y salud de tus plantas. Por ejemplo, los arbustos que florecen en primavera deben podarse justo después de la floración, ya que sus capullos se forman en otoño. También es útil sacar las flores marchitas para estimular nuevas floraciones y fortalecer raíces y hojas.
Agregá compost o estiércol ya descompuesto para enriquecer el piso. Evitá trabajar la tierra cuando está húmeda, ya que hacerlo puede compactarla y perjudicar las raíces. En cuanto al riego, es mejor hacerlo una vez por semana de forma profunda que mojar un poco todos los días.
En otoño, aprovechá las hojas caídas como abono o cobertura. Cuando bajen mucho las temperaturas, usalas para proteger tus plantas.
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