12 de noviembre 2025 - 16:00

Perro o gato: cuál es la mejor compañía para una vida más larga y saludable

Las mascotas suelen darnos alegrías lo que puede provocar en una mejora en la salud a largo plazo.

Perros o gatos: la mejor mascota para la salud.

Perros o gatos: la mejor mascota para la salud.

La elección entre un perro y un gato como mascota suele responder a preferencias personales. Sin embargo, estudios científicos revelan que estos animales pueden influir en la salud física y mental de sus dueños, especialmente en adultos mayores. Según el biólogo Jordi Olloquequi, autor de “Antiaging para el cerebro”, los perros ofrecen mayores beneficios en la prevención de enfermedades neurodegenerativas. Esto se debe a que su cuidado fomenta la actividad física y la socialización, dos factores clave para mantener un cerebro sano.

Aunque Olloquequi reconoce su preferencia por los gatos, la evidencia científica favorece a los perros en términos de impacto en la longevidad. Sin embargo, todas las mascotas contribuyen a reducir el estrés gracias a la liberación de oxitocina, conocida como la "hormona del amor". Esta sustancia química disminuye los niveles de cortisol y activa el sistema nervioso parasimpático, lo que favorece la relajación. Tanto los perros como los gatos generan este efecto, aunque en diferentes medidas.

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Perros o gatos: el animal de compañía que más beneficia la salud humana

Un estudio publicado en The Conversation por la neurocientífica Laura Elin Piggot explica que la interacción con mascotas estimula la producción de oxitocina. En el caso de los perros, esta hormona aumenta hasta un 57% después de jugar con ellos, mientras que en los gatos el incremento ronda el 12%. Aunque los felinos son menos demostrativos, investigaciones japonesas confirmaron que acariciar a un gato durante unos minutos basta para elevar los niveles de oxitocina en el cerebro humano.

Los perros, al ser animales de manada, exigen más interacción social. Sacarlos a pasear obliga a sus dueños a caminar, lo que mejora la salud cardiovascular y reduce el sedentarismo. Además, los encuentros con otros dueños de perros favorecen la socialización, un factor que estimula la neuroplasticidad y retarda el deterioro cognitivo. En cambio, los gatos, al ser más independientes, resultan ideales para personas con movilidad reducida o que prefieren una compañía menos demandante.

Los perros son recomendables para adultos mayores activos que puedan sacarlos a pasear, mientras que los gatos se adaptan mejor a quienes tienen limitaciones físicas o viven en espacios pequeños. Sin embargo, ambos animales aportan compañía y reducen la soledad, un problema frecuente en la tercera edad.

La decisión debe basarse en una evaluación individual que considere la capacidad de la persona para hacerse cargo de las necesidades del animal. En algunos casos, la combinación de ambos puede ser la solución ideal, siempre que se garantice su bienestar y adaptación mutua.

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