Empezamos este nuevo año después de un desordenado pero muy positivo 2022 para la industria. Si bien tuvimos muy buenas medidas como lo fue el Previaje, y el uso del dólar mep para los consumos de extranjero, el resto de las medidas han sido ambiguas.
Turismo: con reordenamiento y templanza, hay un gran futuro
Para analizar las perspectivas de este año, necesitamos entender qué pasa y qué haremos en relación a las dos grandes demandas. La interna y la externa, que deben fluir y potenciarse.
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Si por un segundo pensáramos, tal como lo hicieron los españoles, en el potencial turístico que tenemos, todo sería diferente. Generaríamos ingresos de dólares genuinos, creando empleo de calidad, se desarrollarían las economías regionales, potenciaríamos que las poblaciones del interior puedan hacer negocios en sus lugares de origen, y los trabajadores no tendrían que irse a las grandes ciudades en busca de trabajo.
Para analizar las perspectivas de este año, necesitamos entender qué pasa y qué haremos en relación a las dos grandes demandas. La interna y la externa, que deben fluir y potenciarse.
Demanda interna
Es muy claro que los argentinos han empezado a viajar afuera, más allá de las restricciones. La temporada de verano también demostró que, con los altos precios del turismo en Argentina, la demanda se fue hacia destinos como Brasil y Uruguay. El sector debe ponerse manos a la obra para planificar el año y atraer al pasajero con promociones, mejoras en infraestructura y servicios. La modalidad de escapadas cortas que ya no son una moda sino una forma clara de vacaciones y las políticas de feriados a lo largo del año son una herramienta excelente para atraer al mercado local.
Aerolíneas Argentinas, la línea de bandera, está en muy buena performance en cuanto a puntualidad, no cancelaciones y servicios, lo que la pone en una muy buena posición para competir con las low cost; que lejos de querer sacarlas debemos potenciarlas. Hay que apostar a la conectividad aérea como política de Estado.
Demanda externa
Está claro que el tipo de cambio es y seguirá siendo a lo largo de 2023 un gran anzuelo, que debemos potenciar, pero todavía los volúmenes de visitantes están lejos de asegurarle a la oferta local su supervivencia. Lentamente el aumento de visitantes del exterior, tal como viene sucediendo se va a ir consolidado. Pero debemos entender el mercado externo como una pata más de la mesa, no la que nos va a salvar la vida, ya que apenas resurge ese segmento, la industria se dolariza y mata la demanda local.
Las líneas aéreas extranjeras poco a poco van agregando frecuencia, por lo que se avizora un excelente segundo semestre en visitantes extranjeros. Pero debemos entender el mercado externo como un aportante más en la ecuación.
El mercado habló este verano, la demanda mixta y las tendencias son bien claras, si logramos un equilibrio con la oferta tendremos una gran oportunidad de la que, creo, ningún otro sector podrá presumir.
(*) Consultor en Hospitalidad y Management Hotelero.
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