Advierten que sólo el 1% del material de Snowden se hizo público
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Pero sus palabras no conformaron a todos, y el legislador conservador Michael Ellis dijo que el gobierno clasifica información como secreta para justamente no ser divulgada.
"Si The Guardián hubiera tenido datos sobre la criptografía utilizada en la Segunda Guerra Mundial, ¿habría dado esa información a los nazis?", preguntó.
Rusbridger manifestó que las acusaciones contra los diarios por publicar la información "tienen a ser muy vagas" y denunció que el gobierno británico realizó "intentos deliberados de intimidar" al matutino.
En ese sentido mencionó los aprietes del ministro del Gabinete Jeremy Heymood, que por órdenes del primer ministro David Cameron presionó a The Guardian para que entregue los archivos filtrados por Snowden.
Al negarse, Rusbridger comentó que fue amenazado con denunciar al diario en un tribunal y finalmente accedió a que dos expertos en seguridad de la agencia de inteligencia GCHQ destruyeran el material, teniendo en cuenta las copias que existen.
"La respuesta del gobierno británico a esta historia y su actitud hacia The Guardian consternaron a muchas personas de todo el mundo que creen en la libertad de prensa", manifestó.
También hoy, el periodista estadounidense Carl Bernstein, uno de los dos responsables de destapar el caso Watergate, defendió a los diarios que publicaron las revelaciones de Snowden y criticó a los gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido por "erigir graves obstáculos contra la transmisión legítima de noticias".
En una carta abierta dirigida a Rusbridge, el exreportero de The Washington Post y ganador del premio Pultizer denunció "un intento de las más altas autoridades del Reino Unido de cambiar el tema de las políticas de gobierno y su excesivo secretismo a la conducta de la prensa", apuntó.
"Los gobiernos de Washington y Londres parecen tener la intención de erigir los más graves obstáculos (y egoístas) contra la transmisión legítima de noticias", añadió.
Los documentos revelados por Snowden, que decidió exiliarse en Rusia, dañaron la imagen de Washington y Londres al sacar a la luz los sistemas de vigilancia masiva, incluso contra líderes de otros países considerados aliados.
En el caso del Reino Unido, probaron que el centro GCHQ, a través de la Operación Tempora, intercepta desde hace 18 meses unos 200 cables de fibra óptica con el objetivo de analizar el tráfico de llamadas y uso de Internet.
Asimismo, sugirieron que Londres accedió a los programas de espionaje de Estados Unidos, como el llamado sistema Prism (Prisma), para recopilar información de telecomunicaciones.
En su carta abierta, Bernstein indicó que la experiencia de Watergate mostró que "es esencial que no haya restricciones gubernamentales previas o intimidación para que exista una prensa verdaderamente libre".
"De lo contrario, aumentamos el riesgo que nuestras democracias caigan presas de despotismo y demagogia, e incluso la criminalidad por parte de nuestros líderes electos", sostuvo.
Bernstein, junto a su colega Bob Woodward, reveló que el ex presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, espió al Partido Demócrata y fue responsable de la irrupción ilegal de cinco hombres en la sede del Comité Nacional de esa agrupación política en el complejo Watergate.
La investigación llevó a la renuncia de Nixon, el 9 de agosto de 1974, el único mandatario en la historia de ese país en dimitir al cargo.
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