7 de enero 2009 - 00:00

Bush, Obama y ex presidentes se reunieron en la Casa Blanca

Compartieron ambos un almuerzo con Bill Clinton, Jimmy Carter, y George Bush padre.
Compartieron ambos un almuerzo con Bill Clinton, Jimmy Carter, y George Bush padre.
El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, tuvo ocasión de recibir consejos y recomendaciones de todos sus predecesores vivos en un almuerzo en la Casa Blanca que describió como "una reunión extraordinaria".

Los ex mandatarios Jimmy Carter, George Bush y Bill Clinton, junto al presidente actual, George W. Bush, compartieron con Obama un almuerzo por espacio de una hora, en la primera ocasión desde 1981 en que se reúnen los gobernantes de EE.UU. que están con vida.

En declaraciones después de la reunión, el portavoz de Obama, Robert Gibbs, afirmó que el mandatario electo "está agradecido por los consejos y el espíritu de unidad que le mostraron al desearle el éxito de su Gobierno".

Tanto Bush como sus predecesores, según Gibbs, ofrecieron "consejos útiles" sobre el cargo y los desafíos que Obama encara al hacerse con el mando del país.

El presidente electo pretende mantenerse en contacto "con todos ellos" a lo largo de los próximos años, apuntó.

El almuerzo se desarrolló a estricta puerta cerrada, aunque previamente los cinco comparecieron ante la prensa en el Despacho Oval para una sesión fotográfica.

Bush, el actual jefe de la Casa Blanca, se colocó en el centro, junto a Obama y Clinton. En los extremos quedaron Bush padre y Jimmy Carter. Todos ellos aparecieron sonrientes y relajados.

En unas breves declaraciones, el gobernante saliente aseguró a Obama, que asumirá el poder el próximo 20 de enero, que todos quieren "que tenga éxito".

"Seamos demócratas o republicanos, amamos este país, y en la medida que podamos tenemos muchas ganas de compartir nuestras experiencias con usted. Todos los que hemos ocupado esta oficina entendemos que el cargo está por encima del individuo", agregó Bush.

Por su parte, Obama agradeció a Bush el haber accedido a ser el anfitrión de "esta extraordinaria reunión" y afirmó que a lo largo del almuerzo esperaba recibir "buenos consejos y camaradería" de sus predecesores en la Casa Blanca.

"Todos estos caballeros presentes entienden tanto las presiones como las posibilidades de este cargo", sostuvo Obama, ante los gestos de asentimiento del jefe de Estado saliente.

La reunión de hoy fue la primera de todos los presidentes estadounidenses vivos desde 1981, cuando Ronald Reagan recibió a Carter, Richard Nixon y Gerald Ford antes del entierro del mandatario egipcio asesinado Anwar el Sadat.

Los gobernantes estadounidenses apenas suelen reunirse y cuando lo hacen, en general, se debe a motivos de gran solemnidad, como un funeral de Estado.

Antes del encuentro del miércoles, Obama y Bush se reunieron a solas en el Despacho Oval por espacio de cerca de media hora, en una conversación en la que se esperaba que hablaran acerca de la situación económica y la situación en Oriente Medio.

La portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, afirmó hoy que Bush y Obama han desarrollado una buena relación, en parte porque "han podido mantener privadas sus conversaciones".

Obama ha tenido buen cuidado, a lo largo de las semanas de transición, en evitar pronunciarse sobre asuntos de política exterior.

Hoy mismo, durante una rueda de prensa para anunciar un nombramiento de su equipo económico, rechazó nuevamente pronunciarse sobre la situación en Gaza, con el argumento de que no pueden "tener dos Gobiernos que organicen la política exterior al mismo tiempo".

Sí aseguró que, una vez haya jurado el cargo, se implicará "inmediatamente" para tratar de llegar a una solución al conflicto en Oriente Medio.

El gobernante electo se ha pronunciado con más frecuencia acerca de la marcha de la economía, que considera que se encuentra en una situación "atroz", y propone la adopción de un plan de relanzamiento económico valorado entre 675.000 y 775.000 millones de dólares.

El vicepresidente electo, Joe Biden, tiene previsto viajar el viernes al sur de Asia dentro de una misión del Congreso, aunque la gira se ha interpretado como una señal de las prioridades del próximo Gobierno en política exterior.

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