25 de septiembre 2008 - 00:00

Correa provoca más a Lula y amenaza no pagar deuda

Rafael Correa
Rafael Correa
Quito (EFE, AFP, Reuters, ANSA, DPA) - El presidente de Ecuador, Rafael Correa, amenazó ayer con no pagar un préstamo otorgado por un banco estatal de Brasil por 200 millones de dólares que está vinculado a la constructora Odebrecht, cuyas operaciones en el país fueron militarizadas y tomadas por el Estado. Correa ordenó el martes el cese de operaciones y la expulsión de la compañía de Ecuador y envió militares a tomar las obras de la constructora en el país, donde tiene proyectos por 800 millones de dólares.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se refirió al caso en Nueva York, donde participó en la Asamblea General de la ONU, y manifestó su esperanza en encontrar una solución, recordando que «Odebrecht es una empresa respetada» en su país.   

  • ¿Diálogo?

  • «Si ocurre un problema entre una empresa brasileña y un país vecino, vamos a encontrar una solución. En el momento en que llegue la necesidad de hablar con Rafael (Correa), yo hablaré», dijo Lula a periodistas.

    Este es el segundo desafío que el mandatario debe enfrentar en la región y que involucra a una empresa brasileña: en 2006 el boliviano Evo Morales militarizó y tomó el control de Petrobras como parte de su ofensiva nacionalizadora de los hidrocarburos. El caso fue tomado como una humillación en Brasil, y la oposición desató una tormenta política en torno a Lula da Silva.

    La decisión de Correa sobre Odebrecht se produjo por fallas en una central hidroeléctrica encargada a la constructora tan sólo un año después de su puesta en funcionamiento y por la que el gobierno pide una compensación millonaria.

    «Nosotros pensamos seriamente en no pagar ese crédito de BNDES, el Banco de Desarrollo de Brasil, que se dio a través de Odebrecht para la construcción de (la hidroeléctrica de) San Francisco», dijo Correa en una entrevista televisada. El préstamo «tiene grandes irregularidades. Es un dinero que se le da a la empresa, pero aparece como préstamo de Brasil a Ecuador», explicó.

    Odebrecht, a través de un comunicado, dijo que los problemas que generaron la paralización de la hidroeléctrica no estaban previstos en el proyecto de ingeniería de la obra, que indicó son responsabilidad del gobierno de Ecuador. Además, manifestó que movilizó a unas 300 personas para que la central reanude su actividad y recordó:

    « Tenemos facturas pendientes de pago por parte del gobierno del orden de los 50 millones de dólares».

    Ante la tensa situación, la Embajada de Brasil en Ecuador mantenía como «huéspedes» a dos hombres de la constructora líder por considerar que no gozaban de protección después de que el gobierno impidiera su salida del país. Otros dos miembros de la empresa ya están en territorio brasileño.

    La medida de Correa afecta severamente las relaciones de Ecuador con la mayor economía regional, cuyas empresas mantienen importantes inversiones en petróleo y construcción.

    El canciller brasileño, Celso Amorim, dijo que su gobierno está «preocupado» por la crisis, pero evitó referirse a la amenaza de no pagarle al BNDES.

    Analistas creen que la expulsión de Odebrecht y su amenaza de impago es parte de la retórica nacionalista que usa Correa para reforzar su liderazgo de cara al referendo del domingo sobre su proyecto constitucional de corte socialista. Según una encuesta difundida ayer, el texto oficialista sería aprobado por una mayoría de 57%.

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