El Partido Liberal Demócrata (PLD) de Japón, actualmente en el poder, designará a su próximo líder el 4 de octubre, quien, según se espera, asumirá también como primer ministro. Las elecciones se darán luego de que Shigeru Ishiba - actual mandatario - anunciara su renuncia el domingo pasado.
El partido gobernante de Japón nombrará a su nuevo líder y primer ministro el 4 de octubre
Shigeru Ishiba renunció a su cargo el pasado domingo, en medio de una crisis de numerosos frentes. Las elecciones internas del partido se realizarán el 22 de septiembre, pero los resultados recién se darán a conocer en octubre.
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La formación conservadora confirmó que las elecciones internas se llevarán a cabo el 22 de septiembre y que, según precisaron, "el recuento de votos se realizará el 4 de octubre". Ese mismo día se elegirá al nuevo presidente del PLD, cargo que generalmente otorga la jefatura del Ejecutivo, ya que el partido mantiene la mayor representación en el Parlamento.
Japón define al sucesor de Ishiba
Entre los favoritos para suceder a Ishiba figuran la nacionalista radical Sanae Takaichi, exministra de Seguridad Económica, y Shinjiro Koizumi, actual ministro de Agricultura e hijo de un ex primer ministro. La elección implicará la votación de 295 diputados y otros 295 miembros del partido, en un contexto de fuerte descontento ciudadano. Una vez elegido, el nuevo líder deberá recibir la aprobación de ambas cámaras del Parlamento para asumir formalmente como primer ministro.
En este contexto, el exministro Toshimitsu Motegi, que encabezó las carteras de Exteriores y de Economía, Comercio e Industria, se convirtió en el primer dirigente de peso del PLD en anunciar su intención de competir en las internas para convertirse en presidente del partido y, por ende, nuevo jefe de gobierno.
Otra figura que asoma con chances es el actual portavoz del gobierno, Yoshimasa Hayashi (64), que evalúa presentarse como candidato. Además, las encuestas también barajan los nombres de Sanae Takaichi, quien perdió frente a Ishiba en la segunda vuelta interna del año pasado, y Shinjiro Koizumi, la figura más visible en la gestión de la llamada ‘crisis del arroz’.
La renuncia de Ishiba
La renuncia de Shigeru Ishiba se produjo en un contexto de cambios acelerados para Japón. Tras décadas sin inflación, el aumento de precios ronda ahora el 3%, mientras crece el sentimiento antiextranjero ante la llegada masiva de turistas y trabajadores internacionales. Además, el cimbronazo en el comercio exterior que generó las tarifas de Donald Trump - y las posteriores negociaciones con EEUU - provocó en muchos japoneses un sentimiento de traición frente a las amenazas arancelarias.
En julio, el Partido Liberal Demócrata (PLD) de Ishiba, que gobernó Japón 65 de los últimos 70 años, sufrió un revés electoral contundente. Los votantes castigaron al partido por su manejo de la economía, la inmigración, el comercio, las relaciones con Estados Unidos, así como por un escándalo de financiamiento político y la actual escasez de arroz. La coalición de Ishiba perdió 19 de los 66 escaños que estaban en juego.
Esta derrota, sumada a un golpe previo en las elecciones de octubre pasado, dejó a los liberaldemócratas en minoría en ambas cámaras de la Dieta. Mientras tanto, los partidos de extrema derecha lograron avances sorprendentes, especialmente entre los jóvenes, y los mayores beneficiarios de julio fueron dos partidos conservadores que tienen menos de cinco años de vida.
Finalmente, Ishiba, de 68 años, cedió ante la presión y anunció el domingo lo que calificó como su “dolorosa decisión de dimitir”. Así, argumentó que debía asumir la responsabilidad por los resultados electorales del año pasado y sentenció: “Siento un gran pesar”.
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