1 de abril 2010 - 10:09

En medio del escándalo por abusos sexuales, Benedicto XVI celebró la misa de Jueves Santo

Durante la jornada, numerosos clérigos y cardenales expresaron su solidaridad al pontífice por las críticas recibidas por su gestión del fenómeno de la pedofilia de los sacerdotes.
Durante la jornada, numerosos clérigos y cardenales expresaron su solidaridad al pontífice por las críticas recibidas por su gestión del fenómeno de la pedofilia de los sacerdotes.
Como es tradición, el Papa lavó los pies de 12 sacerdotes, el mismo número de discípulos que acompañó a Jesús durante la última cena. Durante la liturgia, evitó referirse a las denuncias contra la Iglesia. Mañana participará del Vía Crucis en el Coliseo.

El papa Benedicto XVI celebró este jueves las misas del Jueves Santo con las que se abren los ritos litúrgicos de la Semana Santa, marcada este año por la ola de escándalos que azotan a la Iglesia católica por denuncias de sacerdotes pedófilos.

Al contrario de lo que algunos esperaban, el pontífice no abordó el delicado tema de los escándalos que afectan al clero de Europa y Estados Unidos.

El Papa ofició en la mañana la tradicional misa "crismal" en la Basílica de San Pedro mientras que en la tarde conmemoró la última cena de Cristo en la basílica romana San Juan de Letrán.

Como es la tradición, el pontífice lavó, en señal de humildad, los pies de 12 sacerdotes, el mismo número de discípulos que acompañó a Cristo durante su última cena.

Durante el rito se invitó a los asistentes a donar dinero para la reconstrucción del seminario de Puerto Príncipe, en Haití, destruido por el sismo del 12 de enero que devastó la isla caribeña dejando un saldo de 220.000 muertos y cerca de 1.300.000 damnificados.

"Maltratado, Cristo no amenazaba con venganzas, sino que confiaba en aquel que juzga con justicia", dijo el Papa durante la misa celebrada en la mañana en la basílica de San Pedro ante los sacerdotes de la diócesis de Roma.

Benedicto XVI se refirió a los sufrimientos padecidos por Cristo y aseguró que la "dicha que viene de Cristo nos da la capacidad de sufrir y, en el sufrimiento, de seguir siendo profundamente felices".

"Aquel que ama está dispuesto a sufrir por la persona amada y por su amor y eso le suscita una profunda alegría", subrayó el pontífice.

Durante la jornada, numerosos clérigos y cardenales expresaron su solidaridad al pontífice por las críticas recibidas por su gestión del fenómeno de la pedofilia de los sacerdotes.

El presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, cardenal Francis George, arzobispo de Chicago, elogió en la emisora Radio Vaticano las medidas adoptadas por él, tanto cuando era cardenal como desde que fue elegido Papa, para luchar contra la pedofilia.

George explicó a la emisora Radio Vaticano que Benedicto XVI había reaccionado "en forma rápida" dando medios para combatirla y curarla.

"Benedicto XVI ha sido el Papa que nos ha dado medios y maneras para hacer frente rápidamente a esta crisis, inclusive la manera de ayudar a la curación", aseguró.

Según el diario del vaticano L'Osservatore Romano", los escándalos han sido amplificados "de manera artificiosa" por los medios de comunicación.

Uno de los purpurados más influyentes de la Curia Romana, el cardenal William Levada, actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, califica de "injustas" las acusaciones contra el Papa en un nota publicada por la prensa católica de ese país y retomada por el diario de la Santa Sede.

El Papa se prepara a presidir el viernes el tradicional Vía Crucis en el Coliseo romano, cuyas reflexiones han sido escritas para la ocasión por el cardenal italiano Camillo Ruini.

El Vía Crucis será dedicado a "los pecados y al mal que vive dentro de cada uno de nosotros y que con frecuencia ignoramos" y no abordará temas de actualidad como los escándalos por pedofilia, advirtió el diario del Papa.

El pontífice presidirá la procesión, que conmemoran con 14 etapas el suplicio de Cristo y de su muerte en la cruz.

El sábado por la noche, regresará a la basílica de San Pedro para la velada Pascual antes de la misa de Pascua del domingo, que culminará con la tradicional bendición urbi et orbi.

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