19 de febrero 2009 - 10:32

En pleno Parlamento Europeo, el presidente checo comparó el sistema político de la UE con el de un régimen totalitario

Vaclav Klaus.
Vaclav Klaus.
En pleno Parlamento Europeo, el presidente checo, Vaclav Klaus, comparó el sistema político de la UE y la "ausencia de oposición" a la integración europea con los regímenes totalitarios comunistas del siglo pasado.

"Aquí, sólo una alternativa es promovida y aquellos que se atreven a pensar en una opción diferente son etiquetados como enemigos", aseguró Klaus, que recordó que "no hace mucho tiempo, en parte de Europa vivimos en un sistema que no permitía alternativas ni oposición parlamentaria".

Acto seguido se produjeron abucheos y eurodiputados que se levantaban de sus escaños y abandonaban la sala para expresar su indignación ante un discurso que se preveía polémico y que no defraudó.

Incluso el presidente de la Eurocámara, Hans-Gert Pöttering, replicó al final a Klaus: "En un parlamento del pasado, probablemente usted no habría podido pronunciar este discurso".

El líder checo, jaleado por los parlamentarios euroescépticos, se opuso a seguir profundizando en la integración europea y a dar más poderes al propio PE, tal y como prevé el Tratado de Lisboa.

"Temo que los intentos de profundizar en la integración y llevar decisiones sobre las vidas de los ciudadanos de los Estados miembros al nivel europeo pueden poner en peligro todas las cosas positivas que Europa ha alcanzado en el último medio siglo", aseguró.

La llegada de Klaus a Bruselas venía precedida ya de cierta polémica, tanto por los postulados que defiende el presidente checo en lo referente a la UE como por el incidente que protagonizó con una delegación de eurodiputados que visitaron Praga el pasado año.

La reunión que mantuvieron entonces fue grabada sin el conocimiento de los parlamentarios europeos y posteriormente difundida con fragmentos de un acalorado debate entre el presidente y el líder de los Verdes en la Eurocámara, Daniel Cohn-Bendit, quien había regalado a Klaus una bandera europea, enseña que tradicionalmente se ha negado a hacer ondear en sus oficinas.

Klaus habló en Bruselas rodeado de símbolos europeos y se puso en pie para escuchar el himno de la Unión, pero no dejó de criticar la forma en la que se desarrolla el proyecto comunitario.

Insistió en varias ocasiones en la necesidad de impulsar un "debate libre" sobre la idea de la integración europea y atacó el "dogma no criticable" que, a su juicio, se da en Bruselas respecto a la necesidad de seguir avanzando hacia una Europa más unida.

"¿Están ustedes seguros en cada votación, al decidir cualquier asunto, de que éste es el ámbito más justo y de que no lo sería uno más próximo a la ciudadanos?", espetó a los eurodiputados.

En su opinión, al no existir una "nación europea", la distancia entre los ciudadanos y las instituciones seguirá aumentando con las reformas que, por ejemplo, dan más poder al Parlamento Europeo.

Cohn-Bendit, el líder verde, fue el primero en responder a través de un comunicado, en el que consideró el discurso de Klaus "digno de Carnaval" y en el que denunció la "visión manipulada y falsa de la realidad europea" del presidente checo.

"¿Cómo se pueden comparar los métodos de trabajo y de toma de decisiones de la UE con los de la antigua Unión Soviética?", se preguntó el diputado alemán.

La visita de Klaus a la Eurocámara se enmarca dentro de los actos con motivo de la presidencia checa de turno de la UE.

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