Ganó aliado de Chávez elección en Ecuador: ¿se profundizan conflictos en la región?
En los últimos años, Ecuador ha sido, por lejos, el país políticamente más inestable de Sudamérica. Si alguien pensó que las elecciones presidenciales de ayer servirían para revertir ese cuadro, pronto deberá abandonar sus esperanzas. Es que el izquierdista Rafael Correa, un protegido político de Hugo Chávez que basó su ascenso en el desprestigio de los políticos tradicionales, llega al poder no sólo con una agenda económica-radical. Al no pago de la deuda " ilegítima", al rechazo al libre comercio, al desconocimiento de contratos con petroleras extranjeras y a un populismo desmedido suma un programa político que augura fuertes conflictos. Su prédica antisistema llegó al punto de que no presentó candidatos al Congreso, lo que le impedirá gobernar a menos que llame a una Asamblea Constituyente que desmonte bruscamente el actual sistema político. Tal como lo muestra el ejemplo actual de Bolivia, esto provocará en los próximos meses más convulsión en Ecuador. Correa se suma al club que componen Evo Morales y Hugo Chávez, lo que profundiza dentro de la región el conflicto entre ellos -que hostilizan a EE.UU.- y quienes -como Brasil, Chile, Perú y Colombia- tratan de mantener una relación positiva.
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«Si es necesario, sí», dijo Noboa al ser interrogado sobre si pediría un recuento. «Yo ya gané», agregó el multimillonario citando un sondeo financiado por él de una encuestadora que lo da ganador por 6 puntos porcentuales. El veredicto definitivo no se anunciará antes de mañana.
«Recibimos este triunfo con profunda dignidad y humildad. Somos tan sólo instrumentos de poder ciudadano», afirmó Correa en un discurso en el que se adjudicó la victoria. Si los datos oficiales respaldan las estimaciones de las proyecciones, Correa se convertiría en el octavo presidente en una década en Ecuador y asumiría su cargo el 15 de enero.
Más de la mitad de los ecuatorianos vive en la pobreza, lo que sumado a un fuerte desprestigio de los partidos tradicionales creó una explosiva combinación social que derribó a tres presidentes en los últimos diez años y obligó a asumir a cuatro mandatarios interinos.
Correa, un ex ministro de Economía de 43 años del saliente presidente Alfredo Palacio, asusta a los inversores con sus promesas de reestructurar los pagos de la deuda externa, de unos 10.000 millones de dólares, para financiar planes sociales que ayuden a los millones de pobres en el país andino.
Su victoria para un mandato de cuatro años haría ingresar a Ecuador al grupo de países seguidores de Venezuela que critican la política exterior de Estados Unidos, especialmente por sus esfuerzos para firmar acuerdos de libre comercio con la región.
Además alejaría al país de socios andinos como Colombia y Perú, opuestos a Chávez y aliados de Washington.
Noboa -un populista de derecha que se anunciaba como «un enviado de Dios»- había alertado que una victoria del candidato de izquierda llevaría a la quiebra a Ecuador al espantar inversiones; y había lanzado a cambio una lluvia de promesas populistas, algunas inviables según analistas, como construir más de 820 viviendas por día para pobres.
Un asesor económico del líder nacionalista ratificó que un gobierno de Correa revisaría la deuda externa y no pagaría la que considere «ilegítima». «Vamos a manejar la economía en función del pueblo», dijo Ricardo Patiño, quien fue mencionado por el candidato como su potencial ministro de Economía. Correa, elegido para el período 2007-2011, había perdido la primera vuelta del 15 de octubre, cuando logró 22,8% contra 26,8 de su rival.
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