Hamas significa «furor» en árabe y, además, es el acrónimo en esa lengua del Movimiento de Resistencia Islámica. Es el principal grupo islamista palestino, que encuentra sostén político y material en Siria e Irán.
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Cuenta con un brazo militar -Brigadas de Azzedin al-Qassam, responsable por la mayor y más cruenta parte de los atentados terroristas en Israel- y con un ala política, que gobierna la Autoridad Palestina debido a su triunfo en las elecciones legislativas de enero del año pasado.
Nacido al calor de la primera intifada (levantamiento) palestina de 1987, Hamas no admite el derecho de Israel a existir, repudió los Acuerdos de Oslo que dio origen al actual régimen autonómico en Gaza y Cisjordania y se opone a cualquier acuerdo negociado con el Estado judío. Su aspiración es construir mediante la fuerza un Estado palestino independiente con capital en Jerusalén en toda Palestina, lo que implica la destrucción de Israel.
Más allá de sus acciones terroristas, Hamas ha ganado popularidad, sobre todo en la empobrecida y superpoblada Gaza, mediante una extensa red de asistencia social, que incluye la construcción de escuelas, centros sanitarios y el mantenimiento de por vida de las familias de los «mártires», terroristas suicidas que se inmolan en atentados contra objetivos civiles.
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