Israel recibió con júbilo al soldado Shalit mientras palestinos hablaron de una "victoria"
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El soldado confió en que el canje por el que recobró su libertad pueda "hacer avanzar un acuerdo de paz" entre israelíes y palestinos y aseguró que estaría "muy contento" si liberasen a todos los presos.
"Pensé que podría seguir cautivo varios años más", reconoció antes de explicar que se enteró de su liberación hace una semana y de admitir que temió que los esfuerzos no llegasen finalmente a buen término.
Horas más tarde, y ya con el soldado reunido con su familia en su pueblo de Mitzpé Hilá, en el norte de Israel, su padre Noam Shalit explicó que las condiciones del cautiverio de su hijo fueron "difíciles al principio" pero que "fueron mejorando con el paso de los años".
"Guilad pudo oír la radio y ver la televisión, aunque con limitaciones", dijo el padre, quien explicó que sufre secuelas leves que "arrastra por la falta de tratamiento apropiado, heridas de esquirlas (provocadas durante su captura) y las consecuencias de la falta de luz del sol".
El soldado fue entregado al Ejército israelí y trasladado al paso de Kerem Shalom, en las inmediaciones de la frontera con Gaza antes de viajar al campo militar de Amitai, ya en suelo israelí y desde allí a la base militar de Tel Nof, en el centro del país.
Allí le recibieron el primer ministro, Benjamín Netayanhu, el titular de Defensa, Ehud Barak, y sus padres.
"Una de las misiones centrales que encontré en mi mesa y me fijé en la agenda de mi corazón era traer de regreso a casa a nuestro soldado capturado, sano y salvo. Hoy ese objetivo se ha cumplido", declaró el jefe del Ejecutivo.
Casi al tiempo que Shalit pasó a manos del Ejército israelí, 293 presos palestinos entraron en Gaza a través del paso de Rafah, donde fueron recibidos por centenares de familiares, además de por el jefe del Gobierno de Hamas en la franja, Ismail Haniye, y otros dirigentes del movimiento.
Posteriormente, en el campo de Al Katiba, en la ciudad de Gaza, decenas de miles las personas se congregaron para dar la bienvenida a los presos, entre cánticos, abrazos, vítores y el ondear de cientos de banderas de Hamás y de otras facciones palestinas.
En Ramala, otros 95 presos excarcelados fueron recibidos en la Mukata, la sede de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), por el presidente, Mahmud Abás.
"Hoy es un gran día para Palestina y para la unidad nacional, es una gran victoria", destacó Abás quien dijo a los presos que su "sacrificio y duro trabajo no ha sido en vano".
Cerca de 3.000 personas recibieron emocionadas a los presos en la Mukata, con decenas de mujeres llorando de alegría, al tiempo que los familiares abrazaban e izaban en hombros a los reclusos mientras gritaban "Alá es grande".
Uno de los presos más antiguos, Fahri Barguti, que llevaba 34 años entre rejas, levantó los brazos en señal de victoria y gritó que éste era "el momento de la reconciliación", mientras sus familiares le alzaban en hombros.
También Haniye habló en Gaza de unidad y destacó que el acuerdo de canje "ha servido para unir al pueblo palestino".
"Este es un día de Alá, que creó la victoria para los palestinos. El éxito del acuerdo es un logro sin precedentes que ha liberado a más de mil presos, cuya libertad fue secuestrada por la ocupación israelí", dijo el dirigente islamista.
El resto de los 477 presos palestinos liberados regresaron a sus casas en Jerusalén Este (14) y cerca de 40 salieron al exilio por exigencia de Israel.
Dentro de dos meses, Israel deberá dejar en libertad a otros 550 presos, esta vez a su discreción.
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