Juró Ortega y busca atenuar temores al viejo sandinismo
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La vuelta de Ortega, que ganó con sólo 38% de los votos por la división de los sectores moderados y que gobernó durante toda la década del 80 luego de derrocar al dictador Anastasio Somoza, sumaría un nuevo aliado izquierdista para Chávez.
Pero el Ortega que vuelve al gobierno no es el mismo de los viejos tiempos.
Después de varios gobiernos de derecha, el sandinista ha cambiado su discurso marxista y antiestadounidense por uno de paz y reconciliación, intentandoalejar fantasmas de la guerra-civil, que dejó 30.000 muertos.
«Nuestro compromiso es el trabajo, la paz y la reconciliación», repitió el martes Ortega al recibir a las delegaciones extranjeras que llegaron para su asunción.
A diferencia de su anterior período en el poder en el que se sucedieron confiscaciones a propiedades y la política económica desordenada llevó al país a la hiperinflación, el líder sandinista asegura ahora que respetará a los inversores y la propiedad privada en un país donde 80% de sus 5,1 millones de habitantes vive en la pobreza.
Desde su elección, Ortega no ha perdido ocasión para intentar tranquilizar a Estados Unidos, que durante el primer gobierno sandinista (1979-90) instigó y financió a grupos opositores -los « contras»- para derrocarlo, y que hizo todo lo posible para evitar su regreso al poder.
El nuevo presidente intentó además calmar a inversores y empresarios, a 62% del pueblo nicaragüense que no lo votó por miedo a una vuelta al pasado belicoso, y a los organismos financieros internacionales.
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