Caracas (AFP, DPA, Reuters) - El Departamento de Estado norteamericano, que el martes había aceptado que «Hugo Chávez recibió el apoyo de la mayoría de Venezuela», dio marcha atrás ayer y decidió aplazar una evaluación definitiva sobre el proceso electoral, en virtud de los reclamos de la oposición y la auditoría sobre los resultados de los comicios.
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La OEA, el Centro Carter y el Consejo Nacional Electoral (CNE) realizarán hoy una auditoría sobre el resultado electoral en 150 centros de votación escogidos aleatoriamente, pero la oposición, a cuyo pedido se hará la revisión, decidió marginarse de la investigación y desconocerá las conclusiones. Enrique Mendoza, gobernador del estado Miranda (al este de Caracas) y uno de los líderes más visibles de la variopinta oposición venezolana, advirtió que «la situación que vive el país es extremadamente grave», que las «consecuencias para la paz pueden ser fuertes», y que éstas no se resuelven «mediante auditorías precipitadas y otros mecanismos sobre los cuales se pueden albergar dudas». El dirigente indicó que la revisión «no puede ser vinculante para los reclamos de la oposición».
Al tiempo que crece el contrapunto entre la oposición y los organismos veedores de la elección, el Centro Carter y la OEA -cuyo veredicto se había comprometido a aceptar la Casa Blanca-, el vocero del Departamento de Estado norteamericano, Adam Ereli, afirmó: «Me precipité un poco al prometer una declaración (oficial definitiva sobre el referéndum). Mientras estábamos trabajando en la declaración, se produjeron algunos acontecimientos sobre el terreno que nos llevaron a decir: 'aplacemos la declaración'».
El Centro Carter y la OEA aceptaron llevar a cabo la revisión, pero dijeron no tener ninguna duda acerca de la validez de los resultados. Los últimos datos arrojaron que Chávez, cuyo mandato culmina en enero de 2007, ganó el referéndum por 59,06% votos contra 40,94% para la oposición.
Activistas de la oposición manifestaron ante la sede de la empresa Smartmatic, encargada del sistema de votación. En paredes y en el piso escribieron consignas que decían: «Smartmatic ladrón, sí hubo fraude». Tanto la firma italiana Olivetti, proveedora de Smartmatic, como el gobierno de Italia respaldaron la inviolabilidad de los resultados.
La denuncia de la oposición, que reclama una revisión masiva de urnas, se basa en una aparente coincidencia numérica de los votos del Sí a la remoción de Chávez en distintas mesas de votación, y alega que las máquinas fueron «topeadas» para esa opción, lo que demostraría «una manipulación deliberada del software de estas máquinas». Jorge Rodríguez, rector del CNE, explicó que «para topes habría que modificar el software, y si el software de las máquinas se manipulaba, se destruía (porque esa) es una de las medidas de seguridad». En tanto, Jimmy Carter, quien ayer sufrió un cacerolazo de la oposición en su contra en las inmediaciones de un restorán del este de Caracas, indicó que «el resultado de esta auditoría debería ser suficiente para dar respuesta a las inquietudes de la oposición», y agregó que «no hay evidencia alguna de fraude, y cualquier alegato de fraude no tiene realmente mérito».
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