20 de diciembre 2004 - 00:00

Matan a 62 personas en doble atentado en Irak

Una imagen de video muestra los momentos posteriores al atentado perpetrado en la ciudad santa de Kerbala, cerca de una estación de colectivos.
Una imagen de video muestra los momentos posteriores al atentado perpetrado en la ciudad santa de Kerbala, cerca de una estación de colectivos.
Bagdad (AFP, Reuters, EFE) - Dos atentados, los más sangrientos contra la comunidad chiita desde marzo pasado, causaron al menos 62 muertos y cerca de 150 heridos ayer en las ciudades santas de Najaf y Kerbala, en el centro de Irak.

En Najaf, el ataque fue en los alrededores del mausoleo del imán Alí, uno de los lugares santos más venerados por los chiitas, donde un atentado había costado la vida a 83 personas el 29 de agosto de 2003.

La explosión del coche bomba, que se produjo al promediar la tarde a un centenar de metros del mausoleo, causó al menos 48 muertos y 90 heridos, según un balance provisional de fuentes médicas. Un toque de queda comenzó a regir y por lo menos 35 rehenes fueron instalados en todas las entradas de la ciudad «para impedir que penetren otros coches bomba», indicó el teniente Haidar al Jazairi, de la oficina del jefe de la policía. «La red Al-Qaeda se encuentra tras este atentado», declaró.

•Autobuses

Este atentado se produjo exactamente dos horas después de otro ataque suicida con coche bomba que causó 14 muertos y 57 heridos en una estación de autobuses de Kerbala, otra ciudad santa chiita iraquí situada 50 kilómetros al norte de Najaf.

La explosión destruyó una decena de minibuses, afirmó
Rahman Mechaui, de la policía local.

Según varios testigos, el suicida intentó en vano penetrar en un centro de reclutamiento de la policía y luego se dirigió a la estación de colectivos, donde hizo estallar su vehículo. El 2 de marzo, entre 170 y 180 personas murieron y 550 quedaron heridas en atentados casi simultáneos en Kerbala y en una mezquita de Bagdad, mientras que miles de chiitas observaban el duelo de la Achura. Esos atentados habían sido los más sangrientos desde la caída del régimen de Saddam Hussein en abril de 2003.

La Casa Blanca calificó estos atentados como un « intento modesto» de los rebeldes para forzar la postergación de las elecciones del 30 de enero, que abrirían las puertas a la transferencia de soberanía a los iraquíes.

En Bagdad, murieron asesinados «tres empleados del centro electoral de Karj (oeste de Bagdad) en la calle Haifa»,
dijo un vocero de la comisión electoral independiente, encargada de organizar los comicios del 30 de enero.

En otros episodios en Bagdad y Kirkuk, murieron otros 11 iraquíes.

•Llamamiento


En tanto, Ziad Jasawneh, abogado jordano y vocero del equipo de defensa de Saddam Hussein, dijo que «el presidente Saddam Husseininstó al pueblo iraquí a mantener la unidad, independientemente de su etnia y creencias religiosas, para enfrentar los planes de Estados Unidos de dividir al país».
Ante esta situación, una nueva serie de críticas empezó a golpear al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, luego de que admitiera que no firmó personalmente las cartas de condolencia a las familias de soldados muertos en Irak. El jefe del Pentágono reconoció el error, pero prometió rectificarlo en el futuro.

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