Asunción (AFP, Reuters, ANSA) - Tres jueces que sentenciaron a leves penas a los dueños de un supermercado incendiado en Paraguay en 2004, que dejó 364 muertos, no durmieron en sus casas y se escondieron por temor a ser linchados por parientes de víctimas, informaron ayer fuentes judiciales.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
La presidenta del tribunal, Doddy Báez, y los miembros Elio Ovelar y Manuel Aguirre se escondieron ayer a la madrugada en distintos lugares, fuertemente custodiados por la policía, admitieron en declaraciones a la prensa local los afectados.
Dijeron haber tomado la decisión tras el asalto y saqueo perpetrado por familiares y sobrevivientes de la tragedia en una sucursal del supermercado Ycuá Bolaños ocurrido el martes poco después de la lectura de la sentencia.
El tribunal aplicó cinco años de cárcel a los dueños del hipermercado Ycuá Bolaños, Juan Pío Paiva y Víctor Daniel Paiva, por el delito de «homicidio culposo». Incluyó entre los sentenciados al jefe de guardia del centro de compras Daniel Areco. Las víctimas y familiares reclamaban, en cambio, una condena por «homicidio doloso», que castiga el delito con hasta 25 años de cárcel.
Los querellantes acusan a los dueños de haber ordenado cerrar las puertas para que nadie -un millar de personas, aproximadamente-saliera sin pagar cuando ocurrió la tragedia el domingo 1 de agosto de 2004.
Heridos
Los desmanes del martes dejaron un saldo oficial de 53 heridos, entre policías y manifestantes, y 80 detenidos, ya liberados.
Centenares de sobrevivientes y familiares de las víctimas protestaron nuevamente ayer, esta vez de manera pacífica. Unas 250 personas marcharon desde la sede del Parlamento hasta el Palacio de Justicia para solicitar que se separe del caso a dos de los tres jueces del tribunal.
El presidente paraguayo, Nicanor Duarte Frutos -hacia quien también se dirigieron las iras el martes-, se solidarizó con los manifestantes y anunció que la Fiscalía General impulsará las medidas necesarias para que se revise el fallo.
Dejá tu comentario