Rusia atacó con drones y misiles a Ucrania y dejó un saldo de al menos 25 muertos, tres de ellos, menores de edad, y 65 heridos. El ataque ocurrió este miércoles en la ciudad de Ternopil al oeste del país, y a 200 kilómetros de Polonia. Por su parte. Mientras, Volodimir Zelenski, el presidente del país, se encontraba de camino a Turquía para mantener conversaciones en busca de más apoyo diplomático contra la invasión rusa de su país.
Rusia volvió a atacar a Ucrania: hay 25 muertos y Volodimir Zelenski busca respaldo diplomático en Turquía
El bombardeo dejó 65 de heridos y daños graves. Kiev reclama más presión internacional mientras negocia apoyo regional.
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Rusia atacó la ciudad de Ternopil, en Ucrania, dejando al menos 25 muertos y 65 heridos.
Según explicó el ministro del Interior ucraniano, Ihor Klymenko, Rusia disparó 476 drones de ataque y señuelo, así como 48 misiles de varios tipos, contra objetivos ucranianos durante la noche, de acuerdo con la Fuerza Aérea de Ucrania. El bombardeo incluyó 47 misiles de crucero, de los cuales todos menos seis fueron interceptados por las defensas antiaéreas. Aviones F-16 y Mirage-2000 suministrados por Occidente interceptaron al menos 10 misiles de crucero, señaló Klymenko.
La nueva ola de ataques de Moscú es la última de una campaña cada vez más intensa dirigida contra la infraestructura energética de Ucrania, que ha afectado a varios objetivos civiles a medida que se acerca el invierno boreal.
“Cada ataque descarado contra la vida cotidiana indica que la presión sobre Rusia (para detener la guerra) es insuficiente“, escribió Zelenski en la aplicación de mensajería Telegram.
Negociaciones en Ankara y presión internacional
Zelenski viajó a Turquía para reunirse con Recep Tayyip Erdogan en otro intento por ampliar el respaldo político frente a la invasión. El encuentro forma parte de una ofensiva diplomática para aislar a Vladimir Putin y reimpulsar el rol de Washington en cualquier vía de negociación. Hasta ahora, el Kremlin evita mostrar señales de concesión pese a los reclamos occidentales.
“Vamos a discutir todo lo necesario para alcanzar una paz real”, señaló el mandatario ucraniano, quien afirmó mantener una “relación sólida” con Erdogan. También deslizó que espera definiciones de Estados Unidos: “Hay señales, veremos mañana”.
En paralelo, Washington se prepara para aplicar un nuevo paquete de sanciones petroleras contra Rusia, pensado para aumentar el costo económico del conflicto y presionar al gobierno de Putin hacia un acuerdo.
Un funcionario turco había anticipado que el enviado estadounidense Steve Witkoff participaría de la cumbre, aunque luego corrigió su declaración y confirmó que no viajaría. La aclaración llegó bajo condición de anonimato, ya que no estaba autorizado a discutir el tema.
Turquía ya fue sede de tres rondas de diálogo este año entre ambas partes, que solo lograron intercambios de prisioneros y la repatriación de cuerpos, sin avances sobre el fin de la guerra.
Desde Moscú, el Kremlin descartó un informe del medio Axios que señalaba supuestas negociaciones secretas con Washington sobre un plan de paz de 28 puntos. Portavoces rusos aseguraron que no existe novedad alguna desde la cumbre de agosto entre Putin y Trump.




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