Supertifón Mangkhut comenzó a impactar en China tras dejar 59 muertos en Filipinas
La tormenta más violenta en la actualidad alcanzó ráfagas de hasta 230 km/h y generó caos en Hong Kong antes de llegar a la china continental, donde autoridades procedieron a evacuar a 2.37 millones de personas.
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Aunque pasó a unos cientos de kilómetros al sur de la excolonia británica, el tifón sembró el caos en la ciudad, donde arrancó árboles, destrozó ventanas e hizo tambalear los rascacielos de viviendas. Según las autoridades 213 personas resultaron heridas.
En el norte de Filipinas, el tifón cortó vías de comunicación y la electricidad en la mayor parte de la zona situada en su trayectoria, donde viven cerca de cinco millones de personas.
Las autoridades tenían dificultades este domingo para evaluar los daños humanos y materiales provocados por el temporal. La policía elevó el balance de muertos a 59 el domingo por la tarde.
En la ciudad de Baggao, en el norte de Luzón, el tifón destrozó casas y arrancó tejados y líneas eléctricas. Algunas carreteras estaban totalmente inundadas, y en otras no se podía circular por los corrimientos de tierra.
Las granjas de la isla, que suministran una parte importante de la producción filipina de arroz y maíz, también estaban inundadas, y muchos cultivos quedaron arrasados a un mes de la cosecha.
"Ya somos pobres y ahora nos llega esa tempestad", lamentaba Mary Anne Baril, de 40 años, cuyos cultivos no sobrevivieron al paso de Mangkhut. "No tenemos otra forma de sobrevivir".
Más de 105.000 personas huyeron de sus hogares.
Una veintena de tifones golpean cada año el archipiélago filipino, causando centenares de muertos y agravando la pobreza de millones de personas.
El tifón perdió intensidad al cruzar Filipinas y comenzó a azotar el sur de China, al oeste de las ciudades de Macao y Hong Kong.
La ciudad de Yangjiang, a un centenar de kilómetros al oeste de Macao, se prepara para recibir la violencia del tifón al final del día.
"No pude dormir después de ver en televisión la intensidad del tifón", declaró Chan Yau Lok, de 55 años, en la ciudad de Zhanjiang, un poco más al oeste.
Las autoridades de Macao, que fueron duramente criticadas por la falta de preparación durante el tifón Hato en agosto de 2017, decidieron cerrar sus 42 casinos por primera vez en su historia.
Las calles de Hong Kong, habitualmente asestadas de gente, estaban totalmente desiertas, y se veían impresionantes olas en la bahía de Victoria Harbour.
Se veían pocos coches en las principales arterias de la ciudad, llenas de árboles arrancados. Algunos habitantes aseguraban tener la desagradable sensación de que sus edificios oscilaban con el viento.
El Observatorio Meteorológico instó desde hace varios días a la población a la prudencia, hablando de "amenaza considerable" en las costas meridionales de China.
En ambos territorios semiautónomos, las estanterías de las panaderías y los supermercados se vaciaron rápidamente, a medida que los habitantes almacenaban provisiones ante la llegada del tifón.
Los habitantes del pueblo pesquero de Tai O, al oeste de Hong Kong, recibieron la ayuda de voluntarios para prepararse ante las inundaciones, elevando sus muebles y electrodomésticos.
Casi todos los vuelos desde y hacia Hong Kong fueron cancelados. Las escuelas de la ciudad permanecerán cerradas el lunes.
"Entre todos los tifones de este año, este [Mangkhut] es el más fuerte, los vientos que le acompañan son los más violentos", dijo a la AFP Hiroshi Ishihara, de la agencia meteorológica japonesa.
En noviembre de 2013, el tifón Haiyan, uno de los más violentos, provocó olas similares a las de un tsunami que arrasaron todo a su paso. La catástrofe causó más de 7.350 muertos o desaparecidos, y cuatro millones de personas quedaron privadas de sus viviendas.
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