Toque de queda en Beirut tras un día de graves choques
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Desde la capital francesa, Siniora llamó a la «sabiduría» de los libaneses, al solicitarles el «rechazo a la escalada» de la violencia.
Hassan Nasrallah, líder del partido chiita Hizbollah, que encabeza la oposición al gobierno, llamó a sus partidarios a respetar el toque de queda y a acatar las órdenes del ejército, que se desplegó masivamente en la capital.
La calma parecía reinstaurarse ayer al anochecer en Beirut, donde los soldados, apoyados por tanques, empezaron a patrullar las calles e instauraron puestos de control.
Decenas de vehículos calcinados humeaban en las calles desiertas tras el llamamiento a la calma, lanzado tanto por los dirigentes de la mayoría parlamentaria antisiria como de la oposición, próxima a Damasco.
Los enfrentamientos se iniciaron en la Universidad Arabe, en el sur de Beirut, cuando un grupo de estudiantes de los grupos opositores chiitas Amal y Hizbollah -pro sirios- se enfrentaron con piedras y palos a seguidores del pro gubernamental Corriente de Futuro, que busca liberar al país de la tutela de los extremistas y de Damasco.
La pelea se extendió después a los barrios limítrofes, en particular, a Tariq Jadide, y en otros sectores poblados por sunitas y chiitas, donde jóvenes violentos incendiaron vehículos y neumáticos, lo que provocó una gran humareda negra.
Centenares de soldados sobre el terreno dispararon al aire para tratar de separar a los manifestantes, quienes respondieron con nuevas pedradas.
En la capital, sólo los médicos, farmacéuticos, panaderos y periodistas tuvieron permiso para circular durante el toque de queda, el primero desde el 29 de febrero de 1996, cuando se decretó uno durante once horas para evitar manifestaciones sindicales.
Choques similares estallaron el pasado martes en el país, durante la jornada de huelga general organizada por la oposición apoyada por Damasco y Teherán, para reclamar la dimisión de Siniora.
Esos enfrentamientos dejaron tres muertos en el norte del Líbano y 133 heridos.
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