9 de diciembre 2025 - 12:30

Adiós a las inundaciones: el invento europeo que podría transformar millones de ciudades

Un sistema urbano inspirado en la ciudad esponja promete reducir inundaciones y proteger a millones de personas.

En un paisaje urbano rediseñado para convivir con tormentas más intensas, calles, parques y plazas se transforman en aliados inesperados frente al agua.

En un paisaje urbano rediseñado para convivir con tormentas más intensas, calles, parques y plazas se transforman en aliados inesperados frente al agua.

Pixabay

El avance de fenómenos climáticos extremos impulsó a varias capitales a repensar su diseño urbano y buscar soluciones que ayuden a proteger a millones de habitantes frente a lluvias torrenciales. Entre ellas destaca la idea de la "ciudad esponja", un sistema que transforma calles y parques en aliados contra las inundaciones.

Este enfoque combina ingeniería, naturaleza y planificación estratégica para que calles, parques y plazas trabajen como una red que retiene, filtra y administra el flujo hídrico. La idea ya transformó lugares como Copenhague y se perfila como un modelo replicable en gran parte del mundo.

inundaciones
En Copenhague, parques hundidos, plazas que se inundan a propósito y túneles ocultos revelan cómo el clima extremo impulsa soluciones urbanas millonarias.

En Copenhague, parques hundidos, plazas que se inundan a propósito y túneles ocultos revelan cómo el clima extremo impulsa soluciones urbanas millonarias.

El sistema que busca disminuir el riesgo de inundación: de qué trata

El concepto de ciudad esponja surgió como respuesta a inundaciones devastadoras, como la "tormenta de los mil años" que en 2011 colapsó Copenhague. Desde entonces, la capital danesa rediseñó su entramado urbano para que el agua encuentre canales naturales y artificiales capaces de contenerla sin saturar el drenaje.

El modelo se apoya en superficies azul-verde: parques hundidos, plazas que actúan como depósitos temporales, pavimentos permeables y corredores vegetados. Estos espacios no solo retienen agua, sino que mejoran el ambiente urbano al sumar sombra, biodiversidad y áreas de recreación.

A esa infraestructura se suman túneles subterráneos de gran capacidad que funcionan como autopistas para el agua. Pueden almacenar tormentas completas y liberar el caudal de forma controlada hacia plantas de tratamiento o bahías, evitando así desbordes repentinos.

Este enfoque también incorpora tecnologías que permiten gestionar eventos extremos con mayor precisión. Sensores, mapas predictivos y sistemas de alerta temprana ayudan a anticipar dónde se acumulará el agua y cómo redirigirla. El resultado es una red flexible, capaz de adaptarse a lluvias torrenciales sin colapsar.

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