28 de noviembre 2020 - 00:00

"Hay que dejar de lado intereses sectoriales o partidarios"

Natalio Mario Grinman, el nuevo presidente de la CAC habló con Ambito sobre la realidad del sector y las perspectivas para 2021. "Sin un empresariado motivado, la recuperación se va a hacer muy cuesta arriba", dijo.

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CAC

“Sin un empresariado motivado para crear nuevas empresas y nuevas fuentes de trabajo, la recuperación se va a hacer muy difícil, muy cuesta arriba” afirmó Natalio Mario Grinman, el nuevo presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) en un reportaje concedido a Ámbito.

Grinman fue elegido esta semana al frente de la tradicional central empresaria. Sucederá a Jorge Luis Di Fiori, a cargo de la entidad desde 2016. El nuevo titular se incorporó a la CAC en 1985 y desde 2016 se desempeñaba como secretario.

Señaló que “se nota una leve recuperación en el rubro de comercios y servicios con crecimiento interanual en octubre del 5,8%, pero venimos de un escalón muy bajo”.

“Se deben haber perdido aproximadamente unos 300.000 puestos de trabajo desde diciembre del 2019 hasta la fecha y deben haber cerrado unas 30.000 empresas”, precisó Grinman al referirse a la situación del sector.

Entre las dificultades que enfrentan las empresas considero que “Argentina es un país demasiado ideologizado y con la ideología no hay manera de construir bienestar”.

Apeló a que las autoridades del Gobierno, el oficialismo y la oposición dejen de lado sus enormes diferencias, porque considera que “no se puede permitir estas cosas en la Argentina, no nos podemos dar el lujo”.

También cree que al presidente Alberto Fernández “hay que ayudarlo a salir adelante porque a nadie le sirve un fracaso”. El impuesto a la riqueza, la suba de precios, los faltantes de insumos y la problemática laboral son algunos de los temas abordados en la entrevista con Ámbito:

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Periodista: Asume como nuevo titular de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios en un contexto complejo, tanto a nivel internacional como nacional. ¿Qué aspira lograr en el corto y mediano plazo para el sector que usted representa?

Natalio Mario Grinman: La situación de Argentina nunca fue buena porque venimos con problemas estructurales desde hace 80, 90 años. En esta nueva etapa, lo que queremos es acompañar al nuestros representados a transitar esta difícil coyuntura y a la vez ayudar a un progreso de largo plazo tratando de crear las condiciones adecuadas para que la Argentina comience un sendero de recuperación.

La Cámara Argentina de Comercio está por cumplir 100 años y el rol nuestro ha sido siempre el mismo. Nosotros, por estatuto y por convicción, somos defensores de la libertad económica, de la iniciativa privada, de la responsabilidad social, de la defensa de las instituciones, en ese marco nos movemos muy cómodos. Vamos a seguir en la defensa de nuestros valores, pero dispuestos a dialogar permanentemente con los poderes públicos y otros sectores de la sociedad como los trabajadores, con quienes tenemos excelente dialogo.

Lo que tratamos es de construir. La Argentina es un país demasiado ideologizado y con la ideología no hay manera de construir bienestar. Con un esquema de vivir con lo nuestro, la industrialización basada solo en sustituir importaciones, lamentablemente no es posible, es necesario interactuar con todas las economías del mundo y esto es lo que hay que hacer.

Nosotros somos defensores de la meritocracia, del estudio, del trabajo como la única posibilidad de salir adelante. Nosotros no somos oficialistas ni opositores, tratamos de ser lo más objetivos posibles dentro de nuestros principios.

Tenemos algo muy en claro, sin una actividad privada vigorosa, sin un empresariado motivado para crear nuevas empresas y nuevas fuentes de trabajo se va a hacer muy difícil, muy cuesta arriba la recuperación, porque únicamente el sector privado puede generar la riqueza que se necesita en el país.

No somos una cámara de protesta, somos una cámara de propuestas. Un país se construye y la construcción de un país no es un tema que se puede dejar solo en manos de los políticos, porque es un trabajo demasiado arduo. Ellos tienen que dejarse ayudar por quienes sabemos cómo se genera la riqueza.

P.: Ustedes elevaron una nota cuestionando el Impuesto a la Riqueza y proponiendo modificaciones ¿los han contactado desde el Gobierno?

N.M.G.: Nunca tuvimos diálogo (con las autoridades) ni siquiera al inicio de este mal impuesto, nunca nos convocaron a dialogar. Todas nuestras propuestas las hicimos a través de comunicados y a pesar de ofrecer algunas alternativas respecto al impuesto; lo hicimos porque había que ofrecer algo pero con el convencimiento firme de que sigue siendo un mal impuesto.

Este es un país con demasiada presión tributaria, no se puede tratar de seguir solucionado el déficit fiscal creando nuevos impuestos, no funciona acá, no funciona en ninguna parte del mundo. Por el contrario, hay que incentivar la creación de puestos trabajos y eso no se logra sacándole dinero a los que tienen.

A lo sumo tienes que decirle “ustedes que están en una posición diferente, los invitamos a que inviertan y creen fuentes de trabajo”. Pero no manotearle y sacarle dinero porque ese dinero irá al bolsillo del payaso que tiene el Estado y se termina rápidamente, no sirve para nada porque no deja nada, cuando uno saca dinero de un sector para regalárselo al otro que no produce nada, es una pérdida de tiempo. Genera desconfianza y una negociación total a realizar inversiones.

P.: El Presidente dijo que le pidió a los empresarios propuestas alternativas y que nadie le trajo nada…

N.M.G.: A nosotros nunca nos pidieron propuestas.

P.: ¿Pero ustedes no se vieron con nadie por este impuesto?

N.M.G.: Con nadie y le aclaro que nosotros representamos al sector que aporta el 65% del producto bruto interno entre más de 1.000 cámaras e instituciones y las principales empresas del país. Nunca desde el Gobierno nos preguntaron qué opinan de esto. Nosotros estamos convencidos de que saldrá rápidamente aprobado por el Senado porque esto tiene un trasfondo más ideológico que práctico, porque sabemos bien que en la práctica no va a servir para nada.

P.: ¿Cómo está la situación del sector´?

N.M.G.: Se nota una leve recuperación en el rubro de comercios y servicios con crecimiento interanual en octubre del 5,8%, pero venimos de un escalón muy bajo. El empresariado argentino ha demostrado históricamente tener una enorme capacidad de resiliencia. El problema de la Argentina - más allá del déficit fiscal histórico y estructural del Gobierno- es un tema de confianza. Pasa por la política. La política no nos genera confianza, el oficialismo, la oposición, ninguno nos genera confianza y cuando no hay confianza, no hay inversiones.

Para el periodo de comprendido entre los años 2010 y 2019, la Argentina es el segundo país con la peor performance en inversión extranjera directa con una caída del 20%, el primer país es Venezuela. Acá no hay confianza. Hay peleas internas en el Gobierno y en la oposición que muestran que cada uno quiere sacar un pedacito para los suyos. Creo que se están equivocando, hay que dejar de lado intereses sectoriales o partidarios y pensar en el interés de la comunidad.

Creo que el presidente Alberto Fernández lo tiene bastante claro y lo quiere hacer. Hay que ayudarlo a salir adelante porque a nadie le sirve un fracaso. Nosotros venimos de décadas de frustraciones y fracasos y nadie puede decir que no tiene un grado de responsabilidad. Así que hay que poner el hombro y salir adelante. Las autoridades del Gobierno, el oficialismo y la oposición deben dejar de lado sus enormes diferencias. No se puede permitir estas cosas en la Argentina, no nos podemos dar el lujo. La Argentina es un país con un enorme potencial, pero no lo desarrollamos.

P.: ¿Qué le pediría al presidente Alberto Fernández para su sector?

N.M.G.: La primera y principal medida es generar confianza. Un empresario de primerísimo nivel me dijo: Yo lo único que quiero es que se terminen las peleas internas, las diferencias entre la coalición que gobierna. Es muy simple, que se unan para generar confianza, con confianza salimos adelante. La economía arranca sola cuando hay confianza. Después no le podemos pedir medidas al Gobierno, porque es un Gobierno que no tiene instrumentos, que tiene déficits históricos, es muy difícil pedirle algunas medidas puntuales para los sectores. Insisto lo principal es generar confianza, tranquilidad.

P.: ¿Se debería convocar a un gran acuerdo?

N.M. G.: No sé, lo que creo necesario es que se ponga de acuerdo la coalición gobernante. Sabemos que en los partidos gobernantes hay tensiones lógicas, pero que las discutan adentro, que la resuelvan adentro, pero no exponerla de un sector al otro sector. Y que hacia afuera haya un solo pensamiento.

P.: ¿A qué se refiere?

N.M.G: Y, están los que salen a defender al presidente y dicen “el presidente es el líder y hay que defenderlo” y del otro sector replican “el presidente no porque los votos los tiene la vicepresidenta”. Todas estas cosas se tienen que terminar. La confianza no es fácil generar por todo lo que nos ha pasado con un gobierno u otro. Todos los gobiernos que estuvieron al frente del país en los últimos 70 años fracasaron en generar confianza.

P.: ¿Han cerrado empresas, se han perdido puestos de trabajo?

N.M.G.: Se deben haber perdido aproximadamente unos 300.000 puestos de trabajo desde diciembre del 2019 hasta la fecha y deben haber cerrado unas 30.000 empresas. Nosotros venimos de dos años de recesión 2018/19 y ocho años de estancamiento.

P.: ¿Cuáles son las expectativas para el año próximo?

N.M.G.: Todo depende de la vacuna. Que estén los comercios abiertos no significan ventas, éstas se hacen por expectativas positivas y hoy no las hay. La gente sigue con miedo, cuidando el dinero, compra las cosas esenciales y además hay poco dinero porque unos de los sectores más perjudicados es la clase media. Y este sector empuja el consumo. Somos optimistas pero todo depende de las señales del Gobierno. Si las señales del Gobierno siguen siendo como hasta ahora, la recuperación va a ser cuesta arriba.

P.: ¿A qué señales se refiere?

N.M.G.: Por ejemplo, sabemos que el presidente ha propuesto un procurador pero del otro sector del gobierno no lo quieren. Nos preocupa también que la elección del procurador pase a ser por simple mayoría para un cargo que es importantísimo. Hay que respetar las instituciones. Estas señales son negativas.

P.: ¿Sabe si alguna gran compañía esté pensando en irse?

N.M.G.: Las empresas cuando deciden instalare o retirarse de un país, lo hacen después de muchos años de análisis. Hay empresas que vienen complicadas desde hace tiempo y bueno, luego deciden retirarse. Nadie se va de Argentina porque cambió el Gobierno. Estas son decisiones que se toman con mucha anticipación.

P.: ¿Cómo analiza el tema de precios máximos?

N.M.G.: Es un tema complejo, históricamente todo lo que tuvo que ver con precios fijos o máximos es una mala medida. Pero, también hay que entender que en esta situación, el Gobierno, con las mejores intenciones, lo mantiene. Los comerciantes no somos formadores de precios. Nosotros dependemos de las importaciones y hoy es complejo traer o que aprueben las autorizaciones.

P.: ¿Están teniendo faltantes en la entrega de productos?.

N.M.G.: Si, hay faltantes especialmente en aquellos productos vinculados a insumos importados.

P.; ¿Cómo está viendo la suba de precios?

N.M.G.: La suba de precios nos preocupa pero en parte tiene que ver con la suba del dólar, porque la mayoría de los productos en su proceso tiene algún insumo importado. El 85% de las importaciones en la Argentina son absolutamente necesarias para no paralizar la producción. Menos de 15 % son suntuarios. Y todavía se sigue, por un tema ideológico, con la sustitución de importaciones.

P.: ¿Cree necesaria una reforma laboral?

N.M.G.: Cuando uno habla de reforma laboral se alteran los ánimos yo prefiero hablar de una adecuación del marco laboral. Estamos en el siglo 21 y nosotros tenemos convenios del siglo 19. Adecuar un marco laboral para el presente y el futuro. Esto no quiere decir ir en contra de los trabajadores. El asalariado tiene que recibir el mayor sueldo de bolsillo que sea posible. El problema es que sobre ese sueldo de bolsillo hay sectores que pueden pagar entre un 50 o 70% que va al Estado. Esto es inviable y hace inviable la competitividad. Equivocadamente se está defendiendo a los que tienen trabajo y no se está pensando en los que no tienen trabajo.

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