La integración de la inteligencia artificial con la inteligencia colectiva de gestión propia de los grupos humanos ofrece una oportunidad sin precedentes para generar ventajas competitivas superiores.
Empresas: cómo integrar las capacidades humanas y la inteligencia artificial
La inteligencia artificial contribuye a automatizar tareas repetitivas y procesar grandes volúmenes de información. El liderazgo proactivo, a su vez, puede ayudarnos a asumir responsabilidades por los resultados, rendir cuentas, fomentar una cultura de confianza recíproca y, sobre todo, a liberar capacidades colectivas.
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Vivimos tiempos difíciles para las empresas y, en especial, para los mandos medios: incertidumbre generalizada, presiones y demandas múltiples y contradictorias, problemas a cada rato.
Sin embargo, algunos equipos de trabajo logran un alto rendimiento mediante la integración de la inteligencia artificial y el liderazgo proactivo.
La inteligencia artificial contribuye a automatizar tareas repetitivas, procesar grandes volúmenes de información y anticipar tendencias. El liderazgo proactivo, a su vez, puede ayudarnos a asumir responsabilidades por los resultados, rendir cuentas, fomentar una cultura de confianza recíproca y, sobre todo, a liberar capacidades colectivas.
La creatividad colectiva enfocada en lograr resultados integra y motiva. Una idea innovadora de un miembro de un equipo, que toma la iniciativa en vez de esperar órdenes, puede generar resultados superiores, nunca antes logrados.
Aunque, reconozcámoslo, la confianza en el lugar de trabajo no es instantánea. Requiere objetivos y metas claras y comunicación precisa respecto de qué hay que hacer, por qué hay que hacerlo, cómo y cuándo, quién lo hará y con qué indicadores se van a medir los resultados. Se trata de la tarea del líder del equipo. Tiene que abrir canales de diálogo en vez de "bajar una línea".
Más ideas creativas en un ambiente abierto a las opiniones y la innovación aumentan la probabilidad de encontrar mejores soluciones. Sólo pueden ocurrir donde la confianza y el respeto mutuo no dependen de un cargo. Entonces, es posible dedicar esfuerzos a lo que verdaderamente importa, en vez de malgastarlos en justificativos o culpables. No ocurre en las organizaciones jerárquicas y verticales, en las que suele haber más desconfianza, menor creatividad y mayor reticencia a innovar.
La inteligencia artificial requiere un aprendizaje específico. El liderazgo proactivo, también. Reemplazar silos por interrelaciones, reconocer las cosas correctas que hace falta hacer antes de preocuparse por hacerlas bien y pasar de una rutina mecánica a una de coprotagonistas requiere desaprendizaje y aprendizaje simultáneos.
Hacer tiene un costo. Hacer mejor tiene un costo extra: el de pensar en equipo. La costumbre de enfocarnos sólo en los costos de hacer, y medir sólo los resultados actuales puede destruir la iniciativa y la motivación.
No obstante, el costo más alto es el de no darnos cuenta a tiempo de la urgencia de cambiar la mentalidad y el modelo de liderazgo. El liderazgo proactivo y la inteligencia artificial nos ofrecen la herramienta más potente disponible para las empresas dispuestas a recrear su estrategia de negocio empezando ya. Si no queremos llegar terceros, no dejemos pasar la oportunidad.
Director del curso “Liderazgo proactivo. El desafío de la gestión efectiva” de la Cámara de Instituciones de Diagnóstico Médico (CADIME), y titular de IDN Consulting.
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