19 de diciembre 2018 - 00:01

Siete proyecciones financieras para el 2019

El año que viene se perfila de enorme volatilidad. La Reserva Federal continuará quitando liquidez del mercado a un ritmo de u$s 50.000 millones por mes. El impacto de este evento es tan o más contundente que la suba de tasas de la propia Reserva Federal. La deuda global récord que se acumuló en la época pródiga de las tasas de interés en 0% comenzará a sufrir no sólo en Emergentes, sino también en EEUU, Europa y China.

Veamos lo que deberíamos esperar a la luz de estos hechos:

Bonos hacia abajo

Actualmente, el 50% de los bonos corporativos Investment Grade de los EEUU tienen calificación BBB. Este porcentaje era de 35% en el 2006 y de 28% en 1997. Nunca en la historia se dio esta proporción tan grande de deuda corporativa estadounidense calificada sólo un escalón por debajo de basura (junk). Pero no es sólo la proporción lo que preocupa: en términos absolutos, los bonos BBB eran u$s 840.000 millones en el 2006 y hoy son u$s 3.000.000 millones (3,5 veces el monto del 2006).

¿A qué se debe tamaño apalancamiento? A que las empresas se han endeudado de forma agresiva para recomprar acciones. Un corolario obvio de todo esto es que los ejecutivos de las principales firmas de Wall Street se llenaron los bolsillos cobrando sus stock options al empujar los precios de las acciones hacia el cielo.

En Europa, los problemas de crédito son otros, pero riman: los créditos llamados non-performing (que no están al día) acumulan 980.000 millones de euros, de los cuales, 180.000 millones de euros pertenecen a Italia.

La deuda global de China (soberana + familias + financiera + corporativa) pasó de 171% del PBI a 300% del PBI en la última década. La deuda corporativa ha sido la que más ha crecido y se ubica hoy en los u$s 750.000 millones.

Con esta enorme presión de deuda en países desarrollados, las tasas de interés irán al alza. No tiene sentido tener bonos de mediano-largo plazo. Lo mejor es tener vencimientos a un año e ir renovando al final de cada año.

Acciones

En un contexto de crédito tan negativo, las acciones también sufrirán. Recién comienza la caída de las tan veneradas FAANG (Facebook-Amazon-Apple-Netflix-Google). Iniciar operaciones de venta corta puede ser el camino (si se sabe cómo ejecutar).

Con la bolsa de los EEUU entrando en Bear Market luego de 9 años de suba prácticamente sin interrupciones, no tiene sentido tener acciones de ningún lugar del planeta. Quizá de Japón.

Managed Futures

Estas son las estrategias de los inversionistas más sofisticados del mundo. Se basan enteramente en reglas matemáticas y estadísticas y se ejecutan en los mercados de futuros. El principal atractivo es que típicamente ofrecen sus mejores rendimientos en contextos de alta volatilidad como los que estamos comenzando a ver.

Los principales estrategas se encuentran en la ciudad de Chicago por su cercanía al Chicago Mercantile Exchange y al Chicago Board of Trade.

Real Estate

Luego de superciclos nunca vistos, los precios de las propiedades están comenzando a caer en Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Estos mercados muy probablemente contagien al resto. ¿Europa? Evitar. ¿EEUU? Con mucha selectividad: evitar Miami, Chicago y New York con selectividad y mirando bien cada proyecto. ¿Detroit? Llegaron tarde.

En el mercado argentino, probablemente veamos una caída en el costo de la construcción con una nueva escapada del dólar. Esto pondrá presión en el valor del metro cuadrado construido, ya que la reposición se volverá más barata.

Criptomonedas

Luego de un año de masacre en el que el Bitcoin perdió el 82% de su valor, Ethereum un 93% y Ripple un 90%, muchos pueden tener deseos de ingresar a esta supuesta tierra prometida. Sin embargo, en un mundo con cada vez menos liquidez, estos activos seguirán sufriendo y podrían tener un 2019 tan malo como el 2018. Después de todo, la de las criptomonedas ha sido la burbuja especulativa más feroz de la historia económica mundial.

Commodities

En un contexto de tasas de interés subiendo, menos proyectos podrán ser financiados para explorar y extraer ciertos minerales. Por eso todos los commodities que requieran fuertes inversiones para su obtención tendrán una recuperación. Distinta debería ser la suerte de los agrícolas que no exigen grandes cantidades de capital.

Argentina pensando en la reestructuración

Los precios de los bonos argentinos presagian lo inevitable. No es el riesgo “Cristina”. Es simplemente la enorme incertidumbre sobre cómo se refinanciará el país en el 2020. Aún con la certeza de Macri reelecto, el problema no desaparece.

Lo único que salvaría al país sería que nos asomemos al abismo y que los políticos lleguen a girar el timón a tiempo con una reforma previsional, laboral e impositiva. Si algo nos enseña la historia, es que no aprendemos de la historia. Por eso, la probabilidad de una nueva crisis de antología es alta.

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